Contrajo coronavirus en altamar y obligó a volver a más de 3.000 tripulantes

La moda de los cruceros “a ninguna parte” también puede fallar: ocurrió en Singapur, luego de que todos los pasajeros dieran negativo en la prueba PCR obligatoria, realizada antes de abordar

Un crucero “a ninguna parte” es lo último de la industria del turismo. Se los llama así porque empiezan y acaban en el mismo puerto, sin paradas que propicien la propagación del virus. En realidad, la modalidad se impuso desde hace algún tiempo, con la intensión de buscar alternativas para que uno de los sectores más golpeados de la economía pudiera salir a flote.

En las últimas horas, en Singapur, un crucero “a ninguna parte” debió cancelar su viaje y regresar antes de lo previsto tras detectar a un infectado en la tripulación. A bordo del Quantum of the Seas, de la firma Royal Caribbean, había unos 1.680 viajeros y 1.448 operarios de la embarcación que dieron negativo en la prueba PCR obligatoria previo a abordar. Sin embargo, luego de tres días en altamar, un hombre de 83 años presentó síntomas y se sometió a una nueva prueba: esta vez dio positivo.

La travesía, en adelante, se canceló: se activaron los protocolos de seguridad, aislaron al paciente, a los pasajeros y a la tripulación que tuvo contacto con él, y pidieron al resto que se recluyera en sus camarotes. Al llegar a tierra, el singapurense infectado fue trasladado a un centro hospitalario y la totalidad de los pasajeros fue sometida a pruebas rápidas de antígenos.

No obstante este episodio, los viajes “a ninguna parte” se convirtieron en aire fresco para la industria del turismo, no sólo en Asia sino en otros puertos del mundo. Incluso, algunas aerolíneas lo han puesto en práctica, y la respuesta ha sido buena, ya que muchas personas han optado por este tipo de recreo para saciar la sed de aventuras.

Se trata de viajes que incluyen estrictas medidas de seguridad. Además, en todos los casos el protocolo coincide en operar con la mitad de la capacidad y la obligatoriedad de hacerse una prueba PCR antes y después de embarcar.

Asimismo, es regla el uso obligatorio de mascarillas, mantener la distancia de seguridad y solicitar turnos para usar tanto el gimnasio como las piletas, en el caso de los cruceros. En el común de los casos, los pasajeros también deben usar un dispositivo de rastreo que monitorea sus ubicaciones, así como las personas con las que tienen contacto. En otro orden, la naves están equipadas con laboratorios de pruebas PCR y unidades de cuidados intensivos.

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