Crisis en Bielorrusia
El gobierno retiró credenciales a periodistas internacionales.
Bielorrusia retiró las credenciales a una decena de periodistas de medios extranjeros que trabajaban en el país, informó hoy la Asociación de Periodistas de Bielorrusia (APB), luego de días de protestas sin precedentes contra el presidente Alexander Lukashenko.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ya le había quitado sus credenciales a otros cuatro periodistas que trabajaban como corresponsales para Radio Free Europe/Radio Liberty y a dos de la cadena británica BBC.
"Acaban de llamar a otras dos periodistas de BBC, les informaron que sus credenciales se anulan a partir de hoy", comunicó la APB.
Además, según la APB, fueron retiradas las credenciales de un periodista de la agencia de noticias Reuters, otro de la agencia AP, de las cadenas alemana Deutsche Welle y Radio Francia Internacional.
La embajada de Rusia en Minsk dijo anteriormente que dos periodistas de la agencia estadounidense AP y otros dos del canal televisivo alemán ARD, todos ciudadanos rusos, fueron expulsados de Bielorrusia, informó la agencia de noticias rusa Sputnik.
El jueves, la policía bielorrusa trasladó a una comisaría a unos 50 periodistas que planeaban cubrir una manifestación no autorizada de los opositores en Minsk, la capital del país.
El Ministerio del Interior dijo después que "prácticamente todos los periodistas de los medios de comunicación debidamente instituidos, así como los corresponsales extranjeros acreditados ante el Ministerio, fueron liberados".
Bielorrusia es escenario de protestas desde el 9 de agosto para denunciar fraude en las elecciones presidenciales de ese día, en las Lukashenko, en el poder desde hace 26 años, logró una nueva reelección al frente de la exrepública soviética.
Según el escrutinio oficial, Lukashenko obtuvo el 80,1% de los votos, seguido de la opositora Svetlana Tijanovskaya con el 10,12% de los apoyos, mientras que los otros tres candidatos opositores reunieron juntos poco más del 4%.
La oposición bielorrusa exige una repetición de los comicios, algo que Lukashenko descarta de manera tajante.