EE. UU. lanza una nueva estrategia de ciberseguridad y califica a China como su “mayor amenaza”
Con ella, pretende ampliar la protección de sectores críticos y ser más rápido y agresivo en la prevención de ataques cibernéticos, además de contrarrestar la influencia de China, a quien considera “la mayor amenaza”.
El gobierno estadounidense de Joe Biden lanzó una nueva estrategia de ciberseguridad, con la que pretende ampliar la protección de sectores críticos y ser más rápido y agresivo en la prevención de ataques cibernéticos, además de contrarrestar la influencia de China, a quien considera “la mayor amenaza” para sus intereses, según el borrador del documento publicado por la Casa Blanca.
Washington ya tomó medidas para imponer regulaciones de seguridad cibernética en ciertos sectores industriales críticos, como las empresas eléctricas y las instalaciones nucleares, pero esta nueva directiva exige que los requisitos mínimos se amplíen a otros sectores vitales.
“Esta estrategia posicionará a Estados Unidos y sus aliados y socios para construir juntos ese ecosistema digital, haciéndolo más fácil e intrínsecamente defendible, resistente y alineado con nuestros valores”, afirma el texto.
La nueva estrategia insta, asimismo, a esfuerzos más agresivos para frustrar los ataques cibernéticos antes de que ocurran, recurriendo a una variedad de herramientas militares, policiales y diplomáticas, así como la ayuda de un sector privado que “tiene una visibilidad creciente en el sector adversario”.
Según el documento, tales operaciones ofensivas deben llevarse a cabo con “mayor velocidad, escala y frecuencia”.
“Nuestro objetivo es hacer que los actores maliciosos sean incapaces de montar campañas cibernéticas sostenidas que amenazarían la seguridad nacional o la seguridad pública de los Estados Unidos”, dice el escrito, que califica a China como “la mayor amenaza constante y la más activa para las redes, tanto del gobierno como del sector privado”.
La Casa Blanca acusó a China de incrementar sus operaciones en el ciberespacio en la última década para supuestamente sustraer propiedad intelectual.
El gigante asiático, afirma el texto, busca convertirse en “el competidor estratégico más avanzado” de Estados Unidos, capaz de amenazar sus intereses y dominar en el área de las altas tecnologías decisivas para el desarrollo global.