Francia lucha por no quedarse sin mostaza

Dijon, capital francesa del famoso condimento, está en peligro de perder lo que la ubica en el mapa.

La mostaza, estandarte de la región francesa de Dijon y de la cultura de Francia en general, está desapareciendo. Al menos en ese lugar, donde producen la mostaza más famosa del mundo, peligra el suministro. ¿Qué está pasando?

La receta perfecta para el desastre culinario de da en las peores condiciones.

El 80% de las semillas de mostaza usadas en la producción de Dijon proviene de Canadá, pero una fuerte ola de calor perjudicó la cosecha de las mismas. La guerra en Ucrania también afectó el suministro de semillas, aunque allí y en Rusia se produce mayormente una variante más clara, usada en otras mostazas.

La producción francesa de semillas marrones, necesarias para la característica mostaza de Dijon, representa alrededor del 20%. Con el desafío de abastecer un mercado exigente, los productores esperan  lograr aumentar su participación del 40 al 50 por ciento.

Debido a la fuerte demanda y poca oferta, tanto los locales comerciales como los restaurantes tuvieron que alterar sus costumbres.

En Dijon, la mostaza escasea en los supermercados y en los locales para turistas hay advertencias de solo un frasco por familia. En los restaurantes alteran los menú, dejaron de ofrecer tantos platillos en base al condimento y ya no dan mostaza extra a sus comensales. 

Tanto los turistas que visitan la región como los habitantes locales se encuentran desesperanzados por la perdida de uno de los símbolos más reconocidos de Francia. 

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