Fuego cruzado entre Israel y el Hezbollah

Las Fuerzas de Defensa del Estado hebreo aseguraron haber frustrado el ingreso al país de un grupo terrorista cuyo fin era atacar uno de los puestos de la armada.

Luego de varios días de tensión provocados por el ataque aéreo atribuido al gobierno israelí, que terminó con cinco combatientes muertos, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) aseguraron haber frustrado ayer el ingreso de un grupo comando terrorista de Hezbollah en la frontera sur del Líbano, cuyo fin era atacar uno de los puestos de la armada.

Hiadi Zilberman, portavoz de la FDI, informó que una célula de la milicia proiraní, conformada por tres o cuatro miembros, llegó a cruzar la Línea Azul, el límite entre Líbano e Israel, y adentrarse varios metros en territorio israelí. En este sentido, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, calificó el acto de “grave”, a la vez que alertó al Líbano y al líder de Hezbollah, Hasan Nasralá: “No nos pongan a prueba”.

Antes del cruce del fuego, las tropas de Israel habían elevado el nivel de alerta, reforzando los sistemas de defensa aérea y de artillería ante el temor de un ataque militar. “No queremos ninguna escalada innecesaria, pero cualquiera que nos ponga a prueba” se enfrentará a fuertes represalias, advirtió el domingo Beny Gantz, ministro de Defensa de Israel.

Por otro lado, desde la organización terrorista negaron que alguno de sus miembros hubiera participado. “Todas las informaciones difundidas por los medios enemigos sobre una operación de infiltración desde Líbano que habría sido frustrada, o de mártires y heridos entre las filas de la resistencia, son totalmente falsas”, expresó el “Partido de Dios” en un comunicado.

En este marco, el comandante en jefe de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (Fpnul), Stefano Del Col, se encuentra en contacto con ambas partes para evaluar la situación y disminuir la tensión, llamando a la “máxima moderación”.

Finalmente, el Ejército hebreo instó a quienes viven en zonas limítrofes al incidente a permanecer en sus hogares, mientras que en Líbano los habitantes se mantienen aislados por el aumento de casos de coronavirus y el miedo a que se produzcan nuevos bombardeos.

Cabe destacar que la última guerra desatada entre Hezbollah e Israel en 2006 duró 33 días y terminó con la vida de 1.200 libaneses (en su mayoría civiles) y 160 israelíes.

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