Haití bajo fuego: pandillas, miedo y caos en medio de la crisis
El Consejo de Transición Presidencial busca una salida política para la situación que vive el país. El sistema sanitario está el borde del colapso.
Haití, una nación que ya enfrentaba múltiples adversidades, se encuentra sumida en una espiral de violencia y desorden. Desde el asesinato del presidente Jovenel Moise en 2021, el país ha sido presa de bandas armadas que luchan por el control en las calles de Puerto Príncipe y otras ciudades, agravando la situación ya precaria marcada por desastres naturales, pobreza y la pandemia de Covid-19.
En este escenario desolador, el Consejo de Transición Presidencial busca desesperadamente una salida política para la crisis que ha llevado al sistema sanitario al borde del colapso. Los hospitales, escasos y mal equipados, son ahora refugio de terror para los pacientes y el personal médico.
La noche se ha vuelto un manto de temor para los haitianos. Los heridos de bala, víctimas de la violencia desatada, se ven obligados a esconderse durante horas antes de intentar buscar ayuda médica. La madrugada es un momento de peligro extremo, donde salir de casa es un riesgo que pocos se atreven a correr.
Pero incluso dentro de los centros de salud, la seguridad no está garantizada. Recientemente, un paciente en el hospital de Turgeau, en Puerto Príncipe, tuvo que ser trasladado con urgencia, solo para que la ambulancia que lo transportaba fuera interceptada y rodeada por supuestos pandilleros, poniendo en peligro la vida del paciente y del personal médico.
Después de muchas dilaciones, el Consejo de Transición Presidencial quedó conformado con nueve miembros que buscarán encauzar un programa que permita un cambio de mando, con la definitiva salida del impopular primer ministro con mandato vencido, Ariel Henry. Su gobierno carece de poder. Incluso, en marzo presentó su renuncia después que se le impidiera volver al país tras un viaje oficial a Kenia. Quedó varado en Puerto Rico y luego viajó a California. Formalmente, sigue al mando del país, que no celebra elecciones desde 2016.
Haití, una vez más, se encuentra al borde de una guerra civil. Los cuerpos de los fallecidos son una presencia constante, los suministros básicos escasean y la anarquía reina en una sociedad que se desmorona bajo el peso de la violencia y la desesperación.