La ONU advirtió que en Myanmar puede estar produciéndose una "limpieza étnica"

La ONU advirtió hoy que más de un tercio de los integrantes de la minoría musulmana rohingya que llegaron en los últimos meses a suelo bangladesí huyendo de la violencia en Myanmar, la antigua Birmania, son menores de cinco años y que en la región puede estar produciéndose una limpieza étnica, además de "crímenes contra la humanidad".

En un discurso de apertura de la trigésimosexta sesión del Consejo de Derechos Humanos, el alto comisionado de la ONU, Zeid Ra'ad al Hussein recordó que ya advirtió el año pasado de graves violaciones contra los rohingyas en Myanmar y de ataques "extendidos y sistemáticos" contra esta comunidad, que "posiblemente equivalen a crímenes contra la humanidad".

"Dado que Birmania ha rechazado permitir el acceso a investigadores de derechos humanos, la situación actual no puede ser evaluada plenamente, pero se parece a lo que se define en los libros de textos como limpieza étnica", señaló.

"El gobierno birmano debe dejar de pretender que los rohingyas queman sus propias casas y devastan sus propios pueblos. Esta negación completa de la realidad daña enormemente" la imagen internacional del Ejecutivo, afirmó Zeid.

"Insto al gobierno a poner fin a sus crueles operaciones militares actuales, a rendir cuentas por todas las violaciones ocurridas y a revertir el patrón de la severa y extendida discriminación contra la población rohingya", añadió.

Zeid sostuvo que su oficina dispone de "múltiples" informes e imágenes de satélite que muestran cómo las fuerzas de seguridad birmanas y milicias locales han quemado pueblos rohingyas, y relatos constantes de asesinatos extrajudiciales.

También denunció declaraciones oficiales que apuntan a que los refugiados que han huido de la violencia solo podrán regresar si pueden aportar "pruebas de nacionalidad", un "ardid cínico" por parte del Ejecutivo para "transferir forzadamente a grandes números de personas" fuera del país, dado que los rohingyas son una población apátrida y no tienen derechos políticos y civiles desde 1962.

En cuanto a Bangladesh, que asila a cientos de miles de rohingyas, Zeid alentó al gobierno a mantener abiertas las fronteras para los refugiados, y urgió a la comunidad internacional a ayudar a las autoridades a recibir y asistir mejor a estas personas.

Paralelamente, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alertó hoy que más de un tercio de los rohingyas llegados a suelo bangladesí desde el 25 de agosto son menores de cinco años.

En concreto, el 32% de los arribados son menores de 5 años y el 9% de ellos no ha cumplido aún el año de vida, explicó hoy la jefa del Trabajo de Campo del Unicef en Bangladesh, Sara Bordas, quien detalló que más del 60% de los desplazados son menores de edad.

Según los datos aportados por el Unicef, organización con presencia en los campos de refugiados rohingyas en Bangladesh, el 67% de los desplazados por el conflicto son niñas o mujeres.

Las autoridades bangladesíes, por su parte, comenzaron hoy a registrar con huellas dactilares a los decenas de miles de rohingyas que se encuentran en el país asiático.

La crisis comenzó el 25 de agosto, cuando un ataque de un grupo insurgente rohingya contra casetas policiales y militares en el estado de Rakhine, en el noroeste del país, fue respondido con una operación militar en la zona que dio lugar al éxodo.

La formación insurgente, el Ejército de Salvación Rohingya e Arakan, declaró el sábado un alto el fuego durante un mes para permitir la entrada de asistencia humanitaria, algo que ha sido rechazado por el Gobierno birmano.