La violencia racial no cesa

Hubo incendios, saqueos y protestas en Milwaukee luego del asesinato de Jacob Blake.

En un barrio del norte de Kenosha, una ciudad de 100.000 habitantes y ubicada en el estado de Wisconsin, el policía Rusten Sheskey le disparó el domingo pasado siete veces por la espalda y a la vista de sus hijos a Jacob Blake, un joven afroamericano de 29 años que quedó con una parálisis de la cintura para abajo.

“Hubo otros tiroteos por parte de la Policía en Kenosha, pero pocos como el de Jacob Blake, por el hecho de que el ataque fue captado en video y el acto tan atroz de dispararle a alguien repetidamente por la espalda”, le explicó a la agencia Télam, Erik David Carlson, reverendo de la Iglesia Comunitaria de Bradford, asentada en la comunidad desde 1907 y parte de la Asociación Unitaria Universalista.

“Desafortunadamente, la violencia policial y estatal contra las personas de color, las minorías religiosas y los pobres es un problema constante a lo largo de la historia de Estados Unidos”, manifestó y agregó que “la lista cada vez mayor de personas desarmadas de color, baleadas y asesinadas por las fuerzas es un recordatorio diario de lo roto que se encuentra nuestro sistema de justicia”.

Desde 2015 hubo más de 5.000 muertos por disparos de la Policía en Estados Unidos, de acuerdo a datos recopilados por el diario The Washington Post. Si se toma en cuenta el total de la población, la tasa de afroamericanos fallecidos es de 32 por millón, comparada con la de 13 por millón de víctimas blancas.
La violencia creció en Kenosha la noche del martes con dos personas muertas por disparos y otra herida du­rante una marcha antirracista.

La localidad se encuentra en estado de emergencia, con toques de queda a la noche, y militarizada tras la decisión del presidente Donald Trump y la aceptación del gobernador demócrata, Tony Evers, de movilizar 500 miembros de la Guardia Nacional que se sumaron a los agentes de la Policía local y del FBI.

“Algunas personas opinan que la consigna Black Lives Matter apoya un racismo inverso contra los blancos, o que es espiritualmente divisivo al dar más peso a un grupo de personas”, indicó el reverendo sobre la reacción que reciben de una minoría de su congregación.

Como medida de protesta contra la violencia racial, el martes la NBA suspendió su jornada y los jugadores del equipo de la ciudad de Milwaukee, los Bucks, no se presentaron a jugar su partido de Playoffs frente a Orlando. Al cierre de esta edición, el torneo de básquet continuaba, pero no se jugaron los partidos programados para ayer y aún no se sabe cuándo se reanudarán.

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