Mientras Lula lidera encuestas, su partido no cree que las FF. AA. intervengan en la elección

Uno de los principales dirigentes del Partido de los Trabajadores de Brasil, el diputado Paulo Pimenta, manifestó que la campaña será “muy peleada y muy dura”, aunque no cree que las Fuerzas Armadas hagan algo antidemocrático.

El diputado del Partido de los Trabajadores, Paulo Pimenta, uno de los principales referentes del espacio que lidera el candidato a presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, expresó que, aunque se prevé una campaña electoral “muy peleada”, no cree factible una intervención militar en las elecciones de Brasil.

Al mismo tiempo, alertó sobre el aumento de la seguridad de Lula en la campaña, luego de que en 2018 pistoleros atacaran a balazos una caravana en la que se desplazaba. “Creo que las Fuerzas Armadas no se prestarán a este papel de dar guardia al golpismo de Bolsonaro”, opinó Pimenta en el marco del lanzamiento de la candidatura presidencial de Da Silva y de su aspirante a vice, el exgobernador paulista Geraldo Alckmin, en San Pablo.

Palabras de Bolsonaro

Bolsonaro esta semana afirmó que “las Fuerzas Armadas no serán espectadoras del proceso electoral”, al levantar el fantasma del fraude en el Tribunal Superior Electoral y por el cual los militares elaboraron un documento objetando el sistema de urnas electrónicas y el escrutinio que funciona desde 1996 en Brasil. Aun con estos dichos, para Pimenta el grupo militar que pone en duda el sistema “es un pequeño sector que no representa al promedio de las Fuerzas Armadas”, sino un segmento que “ocupa espacios políticos en el gobierno”. Cabe recordar que durante su gobierno Bolsonaro ha nombrado a más de 6.000 militares en cargos públicos y es la única gestión desde el fin de la dictadura, en 1985, que reivindica al régimen de facto y las torturas ejercidas contra los presos políticos.

Sobre la seguridad y la campaña

Pimenta coincidió con gran parte de los analistas y protagonistas de las elecciones de 2022 que la seguridad de Lula será uno de los temas de la campaña, sobre todo porque el diputado estaba en marzo de 2018 en la caravana atacada a tiros en el interior del estado de Paraná. “No podemos imaginar que habrá una campaña tradicional, será muy peleada, muy dura. El aspecto de la seguridad debe ser considerado, pero no vamos a renunciar a hacer actos callejeros masivos. En aquella caravana de 2018 no esperamos aquella reacción, ahora iremos preparados sabiendo lo que puede ocurrir”, afirmó el legislador. Sobre todo ahora que Bolsonaro liberó el uso de armamento en manos de civiles bajo el lema: “Pueblo armado jamás será esclavizado”.

Lula, firme

Pimenta afirmó que el bolsonarismo “está cada vez más aislado y radicalizado”, mientras que “Lula es la antítesis de ello, estamos construyendo una amplia alianza, trayendo al centro político a nuestra candidatura, en una estrategia con gobernadores que tiene como objetivo ganar en primera vuelta”, y defendió la inclusión de Alckmin como vice, quien fue cuatro veces gobernador de San Pablo por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y enfrentó a Lula hace 16 años, en los comicios de 2006.

Lula se presentará por séptima vez como candidato luego de haber vencido en 2002 y 2006, siendo derrotado en 1989, 1994 y 1998, mientras que en 2018 se postuló, pero fue inhabilitado por estar condenado y preso en la Operación Lava Jato por orden del exjuez Sergio Moro, sentencia que fue anulada por la suprema corte por manipulación y persecución.

“Lula estuvo 580 días preso y en todo este tiempo la vida de la gente fue cada vez peor, y es por eso que ahora el pueblo tiene esperanza, porque tiene memoria”, dijo Pimenta.

Ayer Luiz Inácio Lula Da Silva lanzó su candidatura presidencial para los comicios del 2 de octubre y prometió “restaurar” la soberanía económica, política y social de Brasil y enviar el empobrecimiento de la población y el “fascismo” del gobierno de Jair Bolsonaro “a la cloaca de la historia”, con su exrival Geraldo Alckmin como compañero de fórmula.

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