Museo suizo enfrenta críticas por exposición de colección nazi

Ann Demeester directora del museo, explicó: “Las obras de arte no son culpables” aunque aseguró “son testimonio de esta historia de horror”.

Kunsthaus de Zúrich, reconocido museo de arte suizo, ha generado controversia al inaugurar una exposición titulada “Un futuro para el pasado: La Colección Bührle - Arte, contexto, guerra y conflicto”, centrada en dilucidar si alguna de sus obras podría ser un bien cultural saqueado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

La colección en cuestión, amasada por el empresario Emil Bührle, ha sido objeto de sospechas sobre su origen nazi y las circunstancias dudosas bajo las cuales Bührle adquirió alrededor de 600 obras de arte, incluyendo piezas maestras de renombrados artistas como Cézanne, Degas, Manet, Monet, Renoir, Rembrandt, Picasso y Van Gogh.

Los críticos sostienen que el museo no ha abordado adecuadamente la difícil situación de los antiguos propietarios judíos de las obras, pese a intentar proporcionar un “contexto” a la colección. La exposición busca examinar las historias de los coleccionistas judíos, pero algunos consideran que no va lo suficientemente lejos.

Previo a la inauguración, el museo se enfrentó a un ataque cibernético que tachó a Emil Bührle de “simpatizante nazi”. Además, el 3 de noviembre, un comité asesor de expertos externos dimitió en protesta, alegando que la atención prestada a los antiguos propietarios judíos era insuficiente.

Un representante anónimo del comité expresó al diario suizo Le Temps su descontento, afirmando que, a pesar de las recomendaciones reiteradas, solo se dedica una pequeña parte a los destinos de los coleccionistas perseguidos, saqueados y asesinados.

La Fundación Bührle, propietaria de la colección, admitió que 13 cuadros adquiridos por Bührle durante la guerra habían sido saqueados por los nazis a judíos en Francia. Tras un proceso judicial en la década de 1940, Bührle desarrolló las obras a sus legítimos propietarios y posteriormente compró nuevamente nueve de ellas.

Finalmente, Ann Demeester directora del museo, destacó que “las obras de arte en sí no son culpables”, pero son un testimonio de la historia de horror. Además explicó que el objetivo de la nueva exposición es “abordar las cuestiones históricas, pero también asegurarse de que las obras de arte sigan viéndose y no desaparezcan de la vista”.

Una de las piezas expuestas en la nueva muestra es una obra maestra de Renoir de 1880 titulada “Retrato de Irene Cahen d'Anvers” fue confiscada por los nazis. Además de textos explicativos sobre las obras que se sabe que fueron saqueadas, el museo ha incluido vídeos en los que expertos e historiadores debaten sobre la procedencia y solicitan la opinión de los visitantes.

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