Piden el juicio político contra Bolsonaro por su gestión “genocida” de la pandemia

Se trata de una solicitud de la Asociación Brasileña de Juristas por la Democracia, que fue presentada ante la Cámara de Diputados.

iferentes movimientos religiosos de Brasil se reunieron para redactar una solicitada y pedir el impeachment o juicio político contra el presidente de ese país, Jair Bolsonaro, por su gestión “genocida” de la pandemia de coronavirus.

El documento lo elaboró la Asociación Brasileña de Juristas por la Democracia y fue presentado ante la Cámara de Diputados, que deberá tratarlo para ver si lo aprueba o lo desestima. El comunicado fue impulsado por líderes de los cultos evangélicos, católicos, anglicanos, luteranos, presbiterianos, bautistas y metodistas.

Según los medios brasileros, con este documento llegó el pedido de juicio político número 63 en contra del primer mandatario, de los cuales 56 están siendo sometidos a análisis por la Secretaría General.

“El presidente, en su aterradora línea de actuación, reaccionó con indescriptible falta de responsabilidad ante el grave desorden en la salud y en la economía del país”, ­sostienen los religiosos en la solicitada, que lleva el aval de 380 firmas de apoyo.

En otro apartado, desde estas organizaciones afirman que “ante la crisis más grave de la salud pública en la historia del país y del planeta, el presidente irresponsablemente osciló entre el negacionismo, el menosprecio y el sabotaje”.

En medio de los conflictos en los diferentes centros de salud, sobre todo en los estados más pobres, los representantes de las diferentes iglesias entendieron que Bolsonaro llevó a cabo “una nefasta política genocida” que ha causado más de 200.000 muertes en Brasil, en medio de una “situación caótica, desesperada y alarmante”.

Mientras en diversos puntos del país se realizaron cacerolazos y movilizaciones para pedir la renuncia del mandatario, la pandemia de coronavirus sigue haciendo estragos en las diferentes ciudades.

Uno de los focos de preocupación más graves es Manaos, al norte del país vecino, donde el sistema de salud llegó a un colapso no solo en cuanto a camas de internación, sino también en la administración de oxígeno.

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