Polémica mundial por el alivio de las cuarentenas
Las disputas políticas y los problemas económicos se agravan en la mayoría de los países. Debate en torno a la flexibilización de las medidas sanitarias y temor a una segunda ola de contagios, más letal que la primera, que ya dejó unos 270.000 muertos en cinco meses
Las tensiones se replican en la mayoría de los países, aún los más afectados, tal es el caso del Reino Unido, que con más de 30.000 fallecidos, también está por flexibilizar su cuarentena.
Sin embargo, Escocia advirtió hoy que apresurarse permitirá al virus causar mayores estragos. “Cualquier alivio significativo de las restricciones en esta etapa sería muy riesgoso” dijo la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon.
Hasta ahora, el gobierno inglés mantuvo una cuarentena durante seis semanas, pese a que el domingo próximo el primer ministro Boris Johnson prevé anunciar el relajamiento de algunas restricciones.
Johnson, quien tuvo coronavirus, dijo que su gobierno actuará con máxima precaución.
Por su parte, el Banco de Inglaterra advirtió hoy que la economía británica se contraerá este año un 14%, su mayor caída anual desde 1706.
En Brasil, los gobernadores han impuesto restricciones a contramano de lo hecho por el presidente, y en ciudades de Ecuador decidieron esta semana no empezar con un previsto relajamiento debido al riesgo sanitario.
En Estados Unidos, casi la mitad de los estados han reanudado actividades pese a que la pandemia superó las 76.000 muertes y tiene casi 1,28 millones de infectados.
Allí también se debate sobre el rol que ha tenido el propio presidente Donald Trump, quién en las últimas horas dio negativo a un test de la enfermedad, luego del positivo de uno de sus más cercanos colaboradores.
En cuanto lo económico, en Estados Unidos, más de 33,5 millones de personas ha perdido su trabajo en las últimas siete semanas.
En Francia, alcaldes de la región de París urgieron al presidente Macron a demorar la reapertura de las escuelas prevista para el lunes, asegurando que el cronograma es “insostenible y poco realista”.
En sentido contrario, gobernadores italianos presionan para abrir comercios y restaurantes, días después de que el gobierno central propusiera un levantamiento gradual de la cuarentena. Piden sus propios planes de reapertura, según el índice de contagios y las necesidades económicas de sus regiones. No obstante, luego de críticas de la Iglesia Católica, el primer ministro Conte resolvió habilitar las misas públicas desde el 18 de mayo.
En España, con más de 26.000 decesos, el apoyo al gobierno se está resquebrajando tras siete semanas de cuarentena, con algunas regiones y partidos opositores que exigen el fin del estado de emergencia.
El presidente Pedro Sánchez ha dicho que es demasiado prematuro y logró prorrogar la cuarentena, que ya ha sido relajada, hasta el 26 de mayo.
En Alemania, la canciller Merkel, estableció que los gobernadores tengan poder para reabrir sectores de la economía o volver a imponer las restricciones si los casos repuntan.
En Rusia, se ha producido un gran crecimiento en la cantidad de casos y el presidente Vladimir Putin ha delegado el cumplimiento de las cuarentenas en los gobiernos regionales.
A nivel global, el virus ya ha infectado a más de 3,9 millones de personas y causado más de 270.000 muertes, según el recuento de la Universidad Johns Hopkins.
