Preocupación en la ONU por la situación en Myamar

A seis meses del golpe de Estado, advierten que la situación humanitaria es alarmante.

A seis meses del golpe de Estado en Myanmar, la situación humanitaria se "deterioró" en el país, con un sistema de salud desbordado en plena pandemia y otras dos millones de personas con necesidades "urgentes", alertó hoy la ONU.

"La situación en el país está caracterizada por la inestabilidad y un deterioro de la situación socioeconómica y de seguridad, lo que se suma a una tercera ola de coronavirus", explicó el coordinador humanitario de la ONU en el país, Ramanathan Balakrishnan, quien condenó la represión violenta del Ejército a las manifestaciones democráticas.

Asimismo, agregó que 200.000 personas fueron desplazadas de sus hogares a causa de los enfrentamientos entre el Ejército y grupos armados "en muchas áreas de minorías étnicas", en los estados de Chin, Kachin y Shan, mientras que el número de personas que necesita ayuda en Rajine "se ha disparado".

Por otro lado, destacó que el precio de los bienes básicos aumentaron, provocando "una reducción del valor nutricional de la cesta de comida que la gente suele tomar para sustituir su comida habitual con productos más baratos y disponibles".

Por último, advirtió que el sistema sanitario se encuentra bajo una enorme presión a causa de la pandemia y reiteró la determinación del organismo internacional de apoyar a la población y respetar la voluntad popular, en una crítica a los militares que tomaron el poder por la fuerza el 1 de febrero.

"La ONU seguirá denunciando las violaciones de los Derechos Humanos y está comprometida a entregar ayuda humanitaria vital al pueblo de Birmania, además de respaldar la respuesta frente a la Covid-19", afirmó Balakrishnan.

Las autoridades hablan de 294.000 contagios y 8.942 muertos por coronavirus, pero expertos señalan que las cifras no reflejan la realidad, dado que se realizan pocos testeos.

Según las previsiones expuestas el jueves ante la ONU por el Reino Unido, en las próximas dos semanas puede llegar a contagiarse hasta la mitad de la población del país ante la fuerza de la variante Delta.

A la virulencia de esa mutación que colapsa los hospitales se suman las huelgas recurrentes de médicos y enfermeros que rechazan a las autoridades surgidas del golpe.

Los trabajadores sanitarios crearon redes clandestinas para atender a los enfermos, que cuando necesitan asistencia cuelgan ropas amarillas o blancas de sus ventanas para alertar a los vecinos, según el periódico local The Irrawaddy.

"Cuando la gente pide ayuda, en la mayoría de los casos significa que toda la familia está enferma o infectada. Me pidieron ayuda en un albergue donde todos los ocupantes estaban enfermos con Covid-19. No pueden salir", declaró un trabajador social.

Para justificar el golpe, la junta militar alegó fraudes masivos en las elecciones legislativas de noviembre de 2020, que ganó claramente el partido de Aung San Suu Kyi, la exNobel de la Paz que está presa desde entonces junto a otros dirigentes de su agrupación política.  

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