Renunció un jefe policial tras la muerte de un afroamericano por asfixia

El jefe de policía de la ciudad de Rochester, en el norte del estado de Nueva York, renunció hoy bajo presión tras la muerte de un afroamericano desarmado en marzo.

El jefe policial de Rochester renunció este martes bajo presión tras la muerte de un afroamericano desarmado en marzo, luego de que varios agentes lo encapucharan y obligaran a permanecer boca abajo hasta que perdió el conocimiento, en otro escandaloso caso de abuso de las fuerzas de seguridad en Estados Unidos.

Daniel Prude, un hombre de 41 años que padecía problemas mentales, fue arrestado por la policía el 30 de marzo cuando caminaba desnudo por las calles nevadas de Rochester, y murió en el hospital siete días después.

La autopsia determinó que su muerte fue un homicidio causado por "complicaciones de asfixia en el marco de una dominación física".

También detectó un bajo nivel de la droga alucinógena PCP en la sangre de Prude.

"La descripción incorrecta y la politización de las acciones que tomé tras ser informado de la muerte del señor Prude no se basa en hechos, y no es lo que represento", dijo La'Ron Singletary, el jefe de policía de Rochester, que es negro, en un comunicado citado por la agencia de noticias AFP donde anuncia su renuncia.

Singletary, de 40 años, aseguró que es "un hombre íntegro" y denunció que hay "fuerzas exteriores" que buscan desacreditarlo.

Los policías a cargo del arresto de Prude siguieron trabajando durante meses, hasta que la familia convocó la semana pasada a una conferencia de prensa tras obtener un video de lo sucedido, filmado por las cámaras colocadas en los uniformes de los agentes.

Tras la difusión del material, la fiscal general del estado de Nueva York, Letitia James, dijo que la muerte de Prude fue "una tragedia" y anunció que investiga el caso.

Los siete policías involucrados fueron suspendidos el jueves pasado, a la espera de los resultados de la investigación.

El sábado, James, que es afroamericana, anunció que convocaría a un gran jurado para decidir si inculpa o no a los policías.