Rusia volvió a sufrir un ataque mortal después de la masacre de Crocus City Hall

Hombres armados irrumpieron en sinagogas e iglesias del Cáucaso Norte, dejando un saldo de al menos ocho muertos.

Funcionarios de seguridad rusa indicaron que hombres armados atacaron el do­mingo sinagogas e iglesias en la región de Daguestán, en el Cáucaso Norte de Rusia, matando a un sacerdote, seis agentes de policía y un miembro de la Guardia Nacional.

Los ataques tuvieron lugar en Makhachkala, la ciudad más grande de Daguestán, y en la ciudad costera de Derbent, donde se produjeron tiroteos. El Comité de Investigación de Rusia dijo que había abierto investigaciones penales sobre “actos de terrorismo”, mientras continuaba la búsqueda de los atacantes.

Este incidente ocurre en Rusia a tres meses de la masacre de Crocus City Hall, el peor atentado registrado en Rusia en 20 años.

El 22 de marzo, hombres armados vestidos con ropa de camuflaje abrieron fuego en la sala de conciertos Crocus City Hall, en la periferia de la capital rusa, y después incendiaron el edificio. Al menos 144 personas murieron y 360 resultaron heridas, en lo que fue el peor ataque cometido en suelo ruso desde 2004.

Más de 20 sospechosos fueron detenidos, incluido los cuatro atacantes, procedentes todos de Tayikistán, una exrepública soviética de Asia Central vecina de Afganistán.

El servicio de seguridad ruso FSB dijo en abril que había arrestado a cuatro personas en Daguestán bajo sospecha de planear el ataque mortal contra la sala de conciertos Crocus City Hall de Moscú en marzo, reivindicado por el Estado Islámico.

Se sabe que militantes de Daguestán viajaron para unirse al grupo Estado Islámico en Siria. En 2015, el grupo declaró que había establecido una “franquicia” en el Cáucaso Norte.

Daguestán se encuentra al este de Chechenia, donde las autoridades rusas lucharon contra los separatistas en dos guerras brutales, primero en 1994-1996 y luego en 1999-2000.

Después de la derrota de los insurgentes chechenos, las autoridades rusas se vieron envueltas en un conflicto latente con militantes islamistas de todo el norte del Cáucaso que ha matado a decenas de civiles y policías.

A finales de marzo, el presidente ruso, Vladimir Putin, reconoció que el atentado fue cometido por “islamistas radicales”, pero siguió insinuando que Kiev lo había ordenado.

Rusia reconoció por primera vez a fines de mayo que el grupo yihadista Estado Islámico es responsable del atentado contra la sala de conciertos Crocus City Hall. El grupo reivindicó en repetidas ocasiones su responsabilidad, pero Moscú intentó vincular a Ucrania y a Occidente al ataque.

“En el curso de la investigación (...), se determinó que la preparación, la financiación, el ataque y la retirada de los terroristas fueron coordinados por internet por miembros del grupo Provincia de Jorasán”, la rama afgana del EI, declaró el director de los servicios de seguridad rusos (FSB), Alexander ­Bortnikov, citado por la agencia RIA Novosti.

Bortnikov no descartó esta posibilidad en su comunicado, en el que asegura que “al completar el ataque, los terroristas recibieron claras instrucciones de dirigirse a la frontera ucraniana, desde donde el otro lado se les preparó una ‘ventana’”. Por su parte, el gobierno de Ucrania ha negado reiteradamente cualquier vínculo con el ataque terrorista.

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