POR Rolando Graña

Ahorrar, ajustar, “pichulear” en salud

En un especial para Diario Hoy, el periodista Rolando Graña recreó la cadena de contagios por Covid-19 entre los médicos bonaerenses

Llámenlo como quieran: ahorrar, ajustar, “pichulear”. Ya estamos de acuerdo en los sinónimos. Ahí va entonces: ahorrar, ajustar, “pichulear” en equipos médicos durante el coronavirus es jugar a la ruleta rusa. Con la vida ajena, la de la gente a cargo, la de cualquiera.

Eso ya se había visto en otras partes del Primer Mundo. En Gran Bretaña, los insumos sencillos (barbijos, mamelucos descartables) llegaron tardíamente a los médicos; en Italia pensaron que el coronavirus no era tan grave y así están. En Argentina todo eso se sabía, sin embargo pasó y está pasando.

Está ocurriendo en los geriátricos. Les impidieron a los familiares ir a visitar a los ancianos y resulta que el pluriempleo de médicos y enfermeros metió el virus: tanto en un geriátrico top de Belgrano como en uno de abuelos judíos.

Lo mismo pasó en la clínica San Carlos de Escobar: antes de morir, una médica posteó una foto donde mostraba que se protegía del coronavirus… ¡con bolsas de residuos!

Pero en la Argentina el “pichuleo” se combina con el pluriempleo de médicos y enfermeros, que terminan enfermándose y transportando el virus de un lado a otro.

Para que vean que todo esto no es un mito urbano, les voy a contar una cadena de contagios que aún hoy está matando gente en dos ciudades: Brandsen y San Vicente.

Dos ciudades gobernadas por intendentes de diferentes partidos políticos pero que demostraron igual soberbia o ignorancia a la hora de menospreciar lo que estaba sucediendo.

Esta cadena de contagios arrancó en Brandsen, ruta 2, a 90 kilómetros de Capital. Allí tiene una quinta el matrimonio Montillo. Cuando el 20 de marzo se declaró la cuarentena, los Montillo pensaron: mejor que en la ciudad es pasar la cuarentena en la quinta y allí fueron con el padre de Walter Montillo, don Oscar Montillo, de 93 años. La decisión no era caprichosa. En el Instituto Médico Brandsen, los Montillo habían encontrado un buen médico para los tres, el doctor Daniel Navarro.

Pero algo salió mal: a poco de llegar, don Oscar se descompensó y tuvo que ser internado. Su hijo y su nuera, claro, lo iban a visitar al Instituto Médico Brandsen. El 1º de abril, Oscar murió. El acta dice que por una insuficiencia cardíaca, sonaba lógico.

Menos de una semana después, su hijo Walter (padre del jugador homónimo de Lanús, hoy jugando en Chile) fue internado con fiebre y tos. En lugar de aislarlo, aunque sea por las dudas, lo trataron como a un enfermo de otra cosa. Walter, de 61 años, falleció una semana exacta después que su padre, el 7 de abril, en el mismo Instituto Médico Brandsen. Tal vez pensaron que la tristeza le aflojó el corazón. No: tenía coronavirus, pero la clínica no se lo dijo a nadie. Ni a los sepultureros que manejaron el cadáver, ni a los enfermeros que lo trataron.

Unos días antes de la muerte de Montillo hijo, el intendente de Brandsen, Daniel Capeletti (UCR) se había jactado en un acto de la colaboración público-privada contra el Covid-19. A su lado estaba el dueño del Instituto Médico Brandsen, Daniel Navarro, el médico de cabecera de los Montillo. Unos días más tarde y frente al escándalo, el intendente Capeletti dijo que había sido engañado, sorprendido en su buena fe. Viejo truco.

Pero lo de Brandsen fue solo el comienzo. Porque en el Instituto Médico Brandsen trabajaban dos enfermeros que vivían en San Vicente: Sergio Delgado y Silvio Cufré.
Cufré fue diagnosticado con Covid-19 el 6 de abril, un día antes de la muerte de Walter Montillo. Se descompensó y fue trasladado al Hospital de San Vicente. Falleció una semana después. Tenía 47 años.

El médico encargado de trasladar al enfermero Silvio Cufre en ambulancia al Hospital de San Vicente fue Walter Velasco. Sin aislarse, Velasco siguió con sus tareas médicas en el Hospital Municipal Ramón Carrillo de San Vicente y a los pocos días resultó Covidpositivo. Hoy está internado en el Sanatorio Ipensa de La Plata.

Sergio Delgado, el otro enfermero que trabajaba en el Instituto Médico Brandsen, también siguió trabajando como si nada: vacunó a bomberos, empleados del corralón municipal y jubilados en las filas del Banco Provincia. Un disparate. Sergio Delgado se recupera en su casa.

Pero volvamos al doctor Velasco. Antes de ser internado tuvo contacto con cientos de personas en el Hospital de San Vicente. Entre ellos el médico Héctor Bornes, diagnosticado Covid-positivo el 14 de abril. Bornes era un reconocido médico del hospital Ángel Marzetti de Cañuelas pero este año había empezado a trabajar también en el Ramón Carrillo de San Vicente.

El doctor Bornes falleció el 23 de abril. Tenía 56 años y es el primer médico fallecido por coronavirus de la Argentina.
En el Hospital Ramón Carrillo de San Vicente trabajaba también Martín Rivas. Era empleado de seguridad y ponía orden en la guardia. No se sabe quien lo contagió, si el enfermero Cufré o el doctor Velasco. Lo cierto es que Rivas falleció el 26 de abril pasado en el Hospital Regional Cuenca de Cañuelas.

Por todo esto, el Hospital Ramón Carrillo fue cerrado y desinfectado y todo el personal fue hisopado para ver si se habían contagiado. Era lo correcto. Sin embargo algo pasó.

Los resultados de los “tests” nunca llegaron y esta semana le dijeron a todos los trabajadores que se presenten a tomar servicio. Incluso a Angélica (nombre ficticio), empleada administrativa que esta aterrada en su casa con tos seca y fiebre. No es la única y es lógico que pueda haber muchos contagiados.

Entre los trabajadores del hospital, además circuló un audio de la jefa del laboratorio, Patricia Noguera, diciendo que los resultados de los “tests” no se iban a conocer nunca.

“El tema es así. Hubo una reunión feroz en la Muni con la gente de La Plata (Ministerio de Salud) de Epidemio(logía) y le dijeron (al director del Hospital) que no van a procesar ninguna de todas esas muestras (los “tests”), ninguna”, dice Noguera en su audio. Sin embargo, este miércoles, la Municipalidad envió una nota al personal del hospital para que se reincorpore igual.

Imagínense la alarma entre los trabajadores. ¿Iban a volver a trabajar sin saber quién podía contagiar? Una locura.
El intendente Nicolás Mantegazza (Frente de Todos) jura y perjura que las demoras tienen que ver con lo que hace la Provincia. Ok. Pero el hospital depende de él y alguien les dijo a los trabajadores que vuelvan a laburar.