Bahía Blanca: cuando los colores parecen valer más que los contenidos


Al llegar a la intendencia de los bahienses (la ciudad más importante de la sexta sección electoral), el K Gustavo Bevilacqua sorprendió por su medida detallista de cambiar los colores de los postes de las paradas de micros: del naranja al celeste.

La vocación de Bevilacqua por el “colorido urbano” continuó en las pasadas Fiestas, cuando la Municipalidad procedió a secuestrar pan dulces y bicicletas del tono que identifica al “sciolismo”. El reparto no se produjo. Increíble.

Ahora, el intendente-abogado, que no se muestra con firmes intenciones de postularse para una eventual reelección, aprovechó el poco movimiento de febrero y mandó "a cambiar el color del alumbrado público". ¡Ahora las columnas son todas “grises”!, en lugar del naranja que era común a la vista de la gente.

Desde la Secretaría de Obras Públicas cuentan que “la nueva pintura tiene un granulado que no permite el pegado de cartelería”.