Compañeros, entre bueyes no hay cornadas

Por Myriam Renée Chávez, viuda de Balcedo

Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla. Y si la Argentina no recuerda sus dramas, el camino que nos espera no será el mejor. 

Por eso, los lectores tienen que saber que la “confrontación” entre Hugo Moyano y Mauricio Macri forma parte de un acuerdo no escrito, por dos razones fundamentales.

A Moyano le conviene callar, no decir que el grupo Macri maneja el tren Belgrano Cargas, competidor directo del gremio de los camioneros.

Esto también recuerda lo que el Presidente calló al asumir, al no denunciar de inmediato al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. ¿Cuál fue la razón por la que no se presentaron las acusaciones que recién ahora salen a la luz? ¿Por qué, habiendo podido blanquear la situación de las cuentas públicas, del Banco Central de la República Argentina, del complejo déficit fiscal y de las arcas de las distintas provincias, no lo hicieron? Es difícil de creer que el gobierno elegido por el pueblo para ordenar la herencia dejada por el gobierno saliente no haya contado con la información que este diario publicó en reiteradas ocasiones.

En el mismo sentido, resulta incomprensible que la Gobernadora de la Provincia de Buenos, al asumir, haya dicho que ella es una mujer “decente”, cuando ser decente no debe ser una cualidad, sino una necesidad de quienes ejercen la digna tarea de la política. En tanto, cabe agregar que Buenos Aires tampoco es ajena a la crisis del país: la obra pública que fomenta el trabajo viene lenta y atrasada; y la inflación también esquilma el bolsillo de los bonaerenses, aún cuando esto no sea responsabilidad de la Gobernadora, pero sí del partido de Gobierno al que ella responde. Con una inflación que este año podría rondar entre el 20% y 22%, y mientras circula el lamentable rumor que indica que algunos gremios estatales han firmado acuerdos paritarios por debajo del 15%, hay que advertir que, de cara al 2019, la gente votará según su bolsillo y humor, puesto que ya no existe el poderío de los Barones del Conurbano para captar votos.

Volviendo a la “confrontación” entre Moyano y Macri, ¿por qué el líder de los camioneros acepta sumarse a este convite y convocar a la movilización de mañana? Quizá porque necesita demostrar su poderío parando el país. 

En el horizonte aparecen algunos resultados que podría dejar la marcha: si por alguna razón se presentan infiltrados y se desencandenan hechos de violencia, el Gobierno sacará rédito de ello para deslegitimar la movilización. Si esto no ocurre, el que sacará rédito será Moyano.

Por esto es que, como dice el refrán popular, no hay cornadas entre bueyes. Y no la habrá entre dos viejos conocidos como Macri y Moyano.

Parece que nadie quisiera dar la discusión real: llamar a una conciliación obligatoria y sentar en una misma mesa a los sindicatos de la producción (entre ellos el de los camioneros), a los empresarios y los gobernantes para consensuar sobre la grave situación económica que atraviesa el país y que, a la oleada de despidos en el Estado, ahora suma la crueldad de poner en riesgo las pensiones por discapacidad de unos 20.000 jóvenes. Esto sin contar que se endurecerán los requisitos a las pensiones para adultos con síndrome de Down, cáncer, HIV, Parkinson y EPOC. La excusa, en ambos casos, es la reducción del déficit y el gasto público.

Como ya publicó este medio en ediciones anteriores, la solución no está en cortar el hilo por lo más delgado.

La discusión, insistimos, se debe dar en esa mesa de conciliación, alrededor de la cual todos los actores sean capaces de comprender y aportar soluciones a la situación de extrema gravedad que enfrenta la Argentina: en lo económico y en las necesidades básicas de la mayoría del pueblo, que pueden ser el caldo de cultivo para un escenario de violencia del que no podría haber retorno.