Construir una casa sale 30% más que el año pasado

El aumento de los materiales, el cepo cambiario y las trabas a las importaciones se conjugan para que sea cada vez más costoso construir una vivienda. El metro cuadrado no baja de los $ 9.000.

Los incrementos de precios afectan a cada vez más rubros de la economía y las políticas del Gobierno (cepo cambiario, trabas a importaciones, entre otras) no han hecho otra cosa que acrecentar la espiral inflacionaria. En ese marco, el aumento del costo de la construcción de una vivienda llegó al 30% en 2012, en comparación con el año pasado.

La suba acompaña la inflación anual general estimada por las consultoras privadas, pero dista mucho de los aumentos salariales otorgados este año y aleja la posibilidad de las familias de clase media y baja de construir o reformar sus casas.

No casualmente, al mismo tiempo en que se incrementan los precios, la construcción enfrenta su sexto mes de caída consecutiva, lo que habla de una importante desaceleración, situación que se ve también en la obra pública.

Detalle de los aumentos

Según aseguró a Hoy Santiago Sobrero, presidente de la Asociación de Pymes de la Construcción de la Provincia de Buenos Aires (Apymeco), “el incremento anual del valor del metro cuadrado de construcción, haciendo un promedio entre lo que subieron los distintos materiales, está entre el 28% y el 30%”.

En ese sentido, destacó que el valor del metro cuadrado está hoy alrededor de los “1.500 o 2.000 dólares”. Traducido a pesos, y teniendo en cuenta lo que sería un precio base, el valor del metro cuadrado se ubica entre $ 9.000 y $ 10.000. Luego, dependiendo de la calidad de los materiales que se utilicen, el precio puede aumentar.

Sobrero explicó que los insumos que más se incrementaron fueron “los sanitarios, y sobre todo los vinculados a las terminaciones. También los pisos, porque muchos de los que se estaban usando venían de China, y con el tema de las restricciones a las importaciones se modificaron los precios porque es más difícil conseguirlos, y si bien los materiales nacionales son de la misma calidad, son más caros”.

Algunos insumos como el durlock, el hormigón, el cemento o el ladrillo aumentaron entre el 22% y 25% comparando los valores de 2011 y 2012. También todo lo referente a “movimientos de tierra” e “instalación eléctrica” tuvo en la primera parte del año subas del 36,02% y 24,56%, respectivamente, según números del Indec.

A su vez, también en la primera mitad del año, según un informe del Grupo Construya, que reúne a grandes empresas del sector, estimó que el bolsón de arena había aumentado un 18,2%.

Para mantener fijos los valores de los insumos que sufren los mayores incrementos de precios, las empresas constructoras realizan acopio en corralones de estos materiales durante las obras de larga duración.

En perspectiva, no se avizora un escenario de moderación de los costos de la construcción, sino todo lo contrario, ya que los aumentos impositivos aprobados en la Provincia golpearán a distintas áreas que componen el sector, lo que influirá en los precios y en la retracción de la actividad.

Caída en la venta de insumos

Según el Indec, la actividad de la construcción registró en octubre el sexto mes de caída consecutiva, situación que está íntimamente relacionada con el alza de precios, el cepo cambiario y las restricciones a las importaciones, entre otros factores. 

Siguiendo la misma línea, las ventas de insumos a la construcción también descendieron en octubre con respecto al mismo mes de 2011. Las caídas más pronunciadas fueron en asfalto, del 27,5%, el 20% en pisos y revestimientos cerámicos, el 17,1% en cemento, el 8,2% en hierro redondo para hormigón, el 3% en ladrillos huecos y el 0,1% en pinturas.

Por otro lado, según la Cámara Argentina de la Construcción, la desaceleración económica provocó una pérdida de 30 mil puestos de trabajo en el sector. El presidente de la entidad, Carlos Wagner, remarcó hace una semana que “ahora se observa una caída en permisos de construcción en los 42 municipios relevados por INDEC del 9,5%”.

Advierten sobre los riesgos de la presión impositiva

Desde Apymeco mostraron a este diario su preocupación por el incremento de la presión fiscal del Gobierno, que llevará a un sector ya castigado por el freno en la actividad económica y por el cepo al dólar a una situación de mayor paralización tanto en la obra pública como en la privada.

La Legislatura bonaerense aprobó un aumento en la alícuota sobre los Ingresos Brutos del 3,5% al 4% que afectan a gran parte de la cadena de valor de la construcción: demolición y voladura de edificios; construcción, reforma y reparación de edificios residenciales; construcción, reforma y reparación de obras de infraestructura de transporte, excepto los edificios para tráfico y comunicaciones; obras de ingeniería civil; ejecución y mantenimiento de instalaciones eléctricas, electromecánicas y electrónicas; e instalaciones de gas, agua, sanitarios y de climatización, con sus artefactos conexos.

“El proyecto de ley fiscal 2013 aprobado en la Provincia impactará en el poder adquisitivo de la población y una de las áreas más afectadas será la construcción, en un momento muy particular, dado que el cepo cambiario y la falta de créditos hipotecarios prácticamente han paralizado la actividad”, sostuvo Santiago Sobrero, titular de Apymeco.

Alertan por falta de planes de promoción

“La construcción es una actividad de la que nadie se acuerda a la hora de diseñar planes de promoción de actividades productivas, líneas crediticias, programas de subsidios o programas federales de financiamiento. No hay planificación de planes de generación de empleo cuando existe desocupación en el sector”, señaló Santiago Sobrero, de Apymeco, y luego focalizó sobre la suba impositiva hacia el sector: “Sin embargo, ante la posibilidad de un repunte de nuestra actividad, la voracidad fiscal no se hace esperar y nos golpea con más fuerza a las pymes, que somos las que damos más del 80% del trabajo en el sector”.

“Pareciera que ante la suposición de que la construcción será una actividad pujante el año próximo, por tratarse de un año electoral en el que se da impulso a la obra pública, nuestro sector parece haber sido elegido para sufrir una mayor presión impositiva, tanto en la Provincia como en la Nación”, destacó.