Cortados por la misma tijera

La denuncia sobre supuestos aportantes truchos a la campaña de Cambiemos creció de tal manera que la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, debió hablar del asunto

En plena crisis, a Cambiemos lo desvela la campaña por la elección 2019. Y en ese marco, mientras la imagen del Presidente se hunde, el Gobierno intenta apuntalar a la Gobernadora, cuya caída es más lenta. Pero, desde la forma en que gobiernan hasta sus problemas en la justicia, parecen estar cortados por la misma tijera.

A ambos los salpican dos nuevos casos de presunta corrupción. En el caso de la Gobernadora, avanza la causa que investiga la numerosa lista de aportantes truchos (muchos de ellos de bajos recursos, por debajo de la línea de la pobreza) para lavar dinero durante la campaña legislativa 2017. Luego de un prolongado silencio sobre el tema, ayer, la Gobernadora desdeñó la investigación en su contra por tratarse de “una denuncia” opositora. Pero no aclaró las irregularidades.

Con la misma lógica se mueve el Presidente, con el millonario escándalo a cuestas del Correo Argentino, una de sus empresas, y maniobras como la compra y reventa de seis parques eólicos sin licitación, que ayer sumó nuevas denuncias. Este negociado habría beneficiado a la firma presidencial Sideco con ganancias estimadas en US$48 millones. Vidal, Macri, Cristina Kirchner. Cambiemos dijeron. Y apenas el robo, los negociados cambiaron de manos, de nombres, de partido.