Desplazaron al jefe de la Departamental policial

El Ministerio de Seguridad resolvió anoche desplazar a Darío Camerini y su segundo en el marco de la investigación por el hallazgo de 35 sobres con dinero en un escritorio de la sede de 12, 60 y 61. Ya habían desafectado de la fuerza a tres oficiales. Crece el escándalo

Por el escándalo de los 35 sobres con dinero hallado en la sede de la Departamental policial de La Plata, durante un procedimiento realizado el 1º de abril pasado, que al parecer sería una recaudación producto de coimas y sobornos, el Ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, desplazó del cargo al titular de esa dependencia, Darío Camerini. Y al segundo jefe, Rodolfo Pedro Carballo.

Los desplazamientos ocurrieron anoche en un encuentro cerrado presidido por el superintendente de Seguridad de La Plata, el comisario general Fernando Grasso y los jefes de las distritales La Plata Centro, Villa Elvira, La Plata Oeste, La Plata Norte, Berisso y Ensenada.

Grasso puso en funciones en lugar de Camerini al comisario inspector Diego Bravo, quien hasta ayer se desempeñaba como jefe de la distrital La Plata Norte, desde donde supervisaba a las comisarías de Gonnet, City Bell, Ringuelet, Tolosa y Villa Elisa.

La ceremonia fue muy breve y estuvieron presentes los jefes desplazados. Desde el ministerio de Seguridad explicaron que los cambios se concretaron con el propósito de "trasparentar la investigación".

Por el caso, que investiga el fiscal platense Marcelo Martini y la jueza de Garantías Marcela Garmendia, ya habían sido desplazados otros tres uniformados de la departamental local: el subcomisario Walter Skramowskyj, la oficial principal María de los Ángeles Ramírez y el oficial principal Ariel Huck.

Varios comisarios en la mira

La causa se inició el 29 de febrero pasado a raíz de una denuncia anónima de un policía por supuestos movimientos de sobres con dinero en el edificio policial de la calle 12, entre 60 y 61.

En la exposición del denunciante, el que se comunicó a un 0800 de la Dirección de Asuntos Internos, se explicó que todos los primeros días de mes la sede de la Departamental La Plata recibía sobres provenientes de las comisarías de la región con un porcentaje de la “recaudación” ilegal: sobornos por el juego, prostitución, venta de drogas y vigilancias “truchas” de comercios.

Como para el 1º de marzo la Justicia no llegó a elaborar la medida judicial, sí se hizo el primer día de abril, y durante una requisa se encontraron en un cajón de la oficina de un secretario de Camerini 35 sobres cerrados, que estaban identificados con números y se presume corresponderían a las comisarías de la ciudad. Además, trascendió que dentro de ellos se halló la suma de más de 155 mil pesos.

“Los sobres tenían números”

El fiscal Martini caratuló la causa como “Abuso de poder”, y ahora se presume que la investigación alcanzará a varios de los titulares de comisarías y subcomisarías que dependen de la Departamental La Plata. 

“Si los cambian a todos los que están bajo sospecha no hay jefes suficientes para relevarlos”, afirmó a Hoy un oficial de la fuerza que cumple funciones en una seccional de la capital provincial.

El robo a Garro: la punta de un iceberg

La cúpula de la Bonaerense en La Plata ya había quedado muy comprometida el 2 de marzo pasado cuando la familia del intendente Julio Garro fue víctima de un violento asalto en el barrio privado Grand Bell.

En aquel episodio de inseguridad, dos sujetos armados se colaron al country y redujeron en una vivienda a la esposa, a las hijas, una cuñada y dos sobrinas del jefe comunal, las maniataron y amordazaron y se llevaron unos 25 mil pesos.

Luego las cámaras de seguridad captaron la secuencia en la que los dos ladrones se subieron a la camioneta de un vecino de Garro, el subteniente policial Miguel Patricio Masana, el que ayudó a los delincuentes a escapar.

Ante el impacto del hecho, en cuestión de horas la fiscal Virginia Bravo autorizó un allanamiento en la finca de Massana y hallaron cerca de 200 mil pesos, armas, drogas y varias planillas de horas extras de integrantes de la fuerza.

Poco después nos enteramos que Masana trabajaba en la comisaría Primera como administrativo y se encargaba de liquidar millonarias sumas de horas cores. 

Con unos 18 mil pesos de ingresos mensuales, Masana, ya detenido,  no pudo justificar cómo alquilaba una casa por 40 mil pesos y afrontaba expensas por 8000 pesos. Por eso la fiscal inició una pesquisa por presunto enriquecimiento ilícito y como coletazo de ese proceso fue relevado el comisario de la Primera, Marcelo Cifuentes, y su segundo, Carlos Arias.

La sospecha es que millones de pesos se quedaban en los que participaban de un circuito corrupto, entre ellos Masana, y altos jefes policiales. Muchos se sorprendieron de que Darío Camerini, el entonces jefe de la Departamental, desconociera esas maniobras de estafa.