Doble Crimen de Gorina: ¿inminente entrega de los prófugos?

Sergio Maydana y su esposa, la oficial de Policía Flavia Rodríguez, estarían acorralados, sin fondos y con miedo. Además, como sus abogados ya pudieron acceder al expediente y consiguieron garantías, evalúan ponerse a disposición de la Justicia en breve

Cuando resta una semana para que se cumplan dos meses del Doble Crimen de Gorina, el matrimonio que tiene pedido de captura estaría por entregarse para dar su verdad de lo ocurrido el 22 de agosto pasado dentro de la camioneta donde aparecieron muertos a balazos el médico cirujano plástico Guillermo Luna y su pareja Laura Frave.

Así lo confirmaron a diario Hoy los abogados defensores de Sergio Maydana y Flavia Rodríguez, la pareja de la que hasta anoche no se sabía nada de su paradero. La decisión de ponerse a disposición de la Justicia obedecería a varias razones: primero, la Policía le pisa los talones; segundo, la fiscal de la causa, Leyla Aguilar, accedió a que los letrados de los prófugos tengan vista del expediente; tercero, están garantizadas la seguridad de los buscados; cuarto, se estarían quedando sin recursos para mantenerse en la clandestinidad; quinto, la mujer estaría desesperada por reencontrarse con su hijita de ahora seis meses, y sexto, temen que un sicario los encuentre antes que la fuerza pública.

Alejandro Vara, uno de los letrados defensores de Maydana y Rodríguez, una oficial de policía que cumplía funciones en la comisaría de Gonnet, en diálogo con este medio dijo: “Necesito que ellos se comuniquen directamente conmigo. Estamos en contacto a través de un familiar, pero lo ideal es que Maydana me llame para arreglar los pasos a seguir”.

Al respecto, un jefe policial indicó que “lo mejor que pueden hacer los dos que tienen pedido de captura local e internacional es ponerse a disposición de la fiscal y brindar una declaración. Las garantías siempre estuvieron dadas”.

La verdad es que la fiscal Aguilar cuenta con varios indicios que complican a Maydana y Rodríguez: los investigadores hallaron huellas dactilares de ellos en la camioneta marca Kia Sorento negra que chocó contra un poste de alumbrado público en 137 y 491, y también incautaron vainas servidas en el vehículo, similares a las secuestradas en la casa de la mujer policía y en la de los padres de ella. Además, hay una cámara de seguridad instalada en una casa ubicada en inmediaciones del lugar del hecho que registró a la pareja pasar corriendo, instantes después de cometerse el Doble Crimen.

Ayer trascendió que, a pedido de la defensa de los prófugos, fuera postergada la pericia balística que había pedido Aguilar para certificar coincidencias entre las vainas secuestradas en la camioneta y en las dos viviendas mencionadas.

Indicios vs. pruebas periciales directas

La defensa de Maydana y Rodríguez, al analizar el expediente, interpretó que “hay indicios que inculpan a la pareja, pero faltan pruebas pe­riciales directas”. Según Vara: “Hasta el mo­mento no hay un testigo presencial o una cámara que los haya grabado en el momento de los asesinatos”. Los abogados y los investigadores policiales coinciden en que la mejor manera que tienen los prófugos para defenderse es entregarse.

Más allá de estas especulaciones, se sabe que la fiscal Aguilar ordenó nuevamente una serie de allanamientos para encontrar a los presuntos homicidas. Trascendió que los efectivos policiales van a registrar en forma simultánea una decena de viviendas, muchas de ellas por segunda vez, de allegados, amigos y familiares de Sergio Maydana y Flavia Rodríguez.

Como se recordará, el Doble Crimen ocurrió pasadas las 22 del 22 de agosto último, y se presume que el móvil habría sido una importante deuda económica.

“Un sicario me robó el arma reglamentaria”

Horas después del crimen de Guillermo Luna y Laura Favre, la oficial de Policía Flavia Rodríguez llamó a su jefe, el titular de la comisaría de Gonnet, para avisar que no iba a ir a trabajar porque estaba descompuesta. Eso fue el martes. Al otro día, se comunicó de nuevo para denunciar que un exbarrabarva de Estudiantes, conocido con el alias de “El Simpson”, le había robado el arma reglamentaria y la había amenazado de muerte junto a dos sujetos colombianos.

Después de eso, Flavia fue a la casa de su madre, ubicada en el barrio Campamento de Ensenada, le dejó a su hijita, la que entonces tenía 5 meses, reiteró sus temores por las amenazas recibidas, y pasó a la clandestinidad junto a su esposo, Sergio Maydana.

Semanas atrás, la pareja prófuga mencionó nuevamente sus miedos a ser asesinada por quien fue el autor material de los homicidios de Luna y Favre.

Lo cierto es que la Justicia no pidió la detención de “El Simpson”, aunque policías allanaron su casa en Tolosa y no lo encontraron. El exbarrabrava es un exconvicto y hay quienes afirman que es un efectivo asesino a sueldo con vínculos con narcos colombianos.

Desde que sucedió el Doble Crimen en Gorina, nada se sabe sobre “El Simpson”, de conocida relación íntima con Maydana. Y hay una hipótesis que asusta: “El exbarra piensa que si los prófugos se entregan van a declarar en contra de él, por lo que no le temblaría el pulso para aniquilarlos si los encuentra antes que la Policía”, afirmó uno de los investigadores.

El perfil de un sujeto temible

Los investigadores saben que el exbarra de Estudiantes, “El Simpson”, viajó varias veces a Colombia con papeles ilegales. Y varios le adjudican dos asesinatos por encargo cometidos en 2014 en Capital Federal.

Según pudo saber el diario Hoy al acceder a archivos judiciales, “El Simpson” estuvo preso en la cárcel de Olmos. Fue condenado a cerca de tres años de prisión por cometer un raid delictivo en el que asaltó cuatro estaciones de servicio el 12 de noviembre de 2006. Tras un juicio abreviado, fue condenado el 11 de junio de 2010 y a los 14 meses fue excarcelado.

Su futuro, luego de su paso por la cárcel, es un misterio. De acuerdo a los registros del Anses, no es monotributista ni figura que haya trabajado en relación de dependencia. Tampoco tiene aportes previsionales.

A pesar de su inexplicable situación laboral, afronta un juicio con ARBA por una deuda no cancelada de más de 18.000 pesos, por no pagar patentes de su vehículo.

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