Provincia

El hambre golpea a las escuelas

Entre lágrimas, la directora de la Escuela Nº 65 de La Plata hizo un desesperado pedido ante la reducción de 70 cupos en las viandas que reciben los alumnos. “Tenemos chicos con hambre”, afirmó. Una situación similar se registra en comedores escolares de toda la Provincia

El pasado 13 de abril, el gobierno bonaerense anunció, con bombos y platillos, la inversión de 1200 millones de pesos para duplicar –supuestamente- el presupuesto destinado a comedores escolares, en momentos en que la inflación y la recesión hacen crecer exponencialmente la demanda alimentaria de los sectores más vulnerables.

Pasaron casi dos meses del anuncio, y se gastaron cifras millonarias en carteles, afiches y publicidad. Pero los cambios no llegan: el Estado bonaerense sólo paga $12,60 por cada chico que come en las escuelas cuando en Capital Federal se destina $40.

Ayer, en el canal A24 se puso al aire un informe realizado por un equipo de periodistas del diario Hoy y la Red 92 donde se demuestra, con pruebas y testimonios, como se está produciendo una drástica reducción de cupos no sólo en los comedores, sino también en las viandas del Servicio Alimentario Escolar (SAE). Esto se traduce en que la cantidad de comida no alcanza para abastecer las necesidades de los alumnos y se tienen que reducir las porciones y la calidad de los alimentos.

Según los testimonios de los auxiliares de escuelas de La Plata y del Conurbano, que tienen a su cargo el funcionamiento diario de comedores escolares, alimentos básicos que garantizan un estándar aceptable en materia nutricional, como futas y carne, prácticamente brillan por su ausencia en los menúes escolares.

Una situación más que dramática se registra en la Escuela Secundaria Nª 65, ubicada en calle 38 y 25 de La Plata, en pleno casco urbano platense, a seis cuadras del Estadio Unico. La directora del establecimiento educativo, Patricia Bianchi, rodeada de docentes, alumnos, padres y representantes gremiales, hizo un desesperado reclamo a las autoridades de la Provincia porque le recortaron 70 cupos. La directora, con lágrimas en los ojos, afirmó a Hoy que hay alumnos que están sufriendo hambre.

“Hasta hace unos meses le dábamos a los chicos manzanas, bananas, pastaflora y barras de cereal, y ahora estamos con chicos que están pasando hambre. Tenemos dos familias, detectadas con el equipo de orientación escolar, que están atravesando una situación muy difícil”, dijo Bianchi, quien se quebró durante la entrevista: “Con el hambre no puedo…”.

“Le pido a las autoridades que miren la realidad: es impresionante la cantidad de papás que han perdido el trabajo, es terrible. Los chicos vienen con hambre: entran y nos piden algo para comer. Por eso les pido a las autoridades que no nos bajen los cupos. El otro agravante es el aumento de los precios y por eso podemos comprar cada vez menos alimentos. Tenemos auxiliares trabajando entre lágrimas, que son los primeros en recibir el impacto de lo que está pasando. Ellos son los que les tiene que decir a los chicos, diariamente, que no hay mas comida, cuando los chicos tienen hambre. Con la panza vacía no se aprende y por más que los argentinos somos muy solidarios, con la solidaridad no alcanza. Necesitamos comida y esto afecta el proceso de enseñanza porque el chico está pensando en que tiene hambre, en lugar de pensar que tiene que estudiar y aprobar”.

Ante la gravedad de lo que está ocurriendo, todas las organizaciones gremiales de La Plata se unieron al reclamo de la comunidad educativa de la Escuela Nº 65. Estuvieron: Paola Suarez (titular de la filial platense del  SOEME), Wilfredo González (secretario adjunto de UDOCBA-La Plata), César Cáceres (ATE) y Diego Di Bastiano (Suteba La Plata), quien es docente de Historia en el establecimiento.

“La situación de la Escuela Nº 65 es crítica, al igual que la situación de hambre que hay en todo el distrito escolar”, dijo  Suárez. Por su parte, Gonzaléz agregó: “es imperante la solución que tiene que dar la Provincia. El gobierno está mostrando que no tienen equipos para solucionar este problema y los chicos tienen hambre”.

El docente Di Bastiano fue contundente: “la reducción de los cupos atenta contra cualquier posibilidad de calidad educativa. Es muy difícil poder dar clases cuando hay chicos que tienen hambre. Es casi imposible tener un día normal de clase porque tenemos alumnos que no comieron. Muchas veces son los auxiliares, los docentes y los directivos de la escuela los que tenemos sacar dinero de la billetera para paliar la situación. Pero ya es insostenible. Nosotros, como trabajadores, venimos con paritarias que han sido a la baja, con tarifazos, que hace imposible mantener la solidaridad. La situación es mucho peor que a la del año pasado”

Los padecimientos en los comedores escolares se registran a lo largo y ancho de la provincia. Por ejemplo, la Escuela Técnica Nº 4 de Ciudadela hace un año que no tienen gas y los chicos, del turno tarne, dejaron de recibir alimentos. Los padres y los propios alumnos dicen que solo reciben mate cocido calentado a garrafa. 

En Pilar, considerado como uno de los principales polos productivos de la provincia de Buenos Aires, el contraste es enorme: en el corazón del parque industrial de ese distrito, rodeada de empresas y fábricas, se levanta la humilde Escuela Primaria Nº 19. Allí asisten 240 chicos, pero los cupos asignados solo alcanzan a 150. Una situación aún más grave se registra en la en el Jardín 903, en el barrio Perizzotti, donde el comedor escolar nunca funcionó en lo que va del año por falta de presupuesto y por la inexplicable demora en la asignación de personal. En ese jardín asisten más de 400 chicos.

¿El gobierno bonaerense dará respuesta a los reclamos?

Arroyo: “Estamos en emergencia nutricional”

“La situación en los comedores no es nueva, ha empeorado y estamos en emergencia nutricional. El síntoma más claro es que bajó el consumo de leche. Se come menos carnes, menos leche y más harina. No es solo que hay más gente en los comedores, sino también que se come peor. Estuve la semana pasada en Pergamino y vi cómo las cocineras de las escuelas, sabiendo que los sábados y domingos los chicos no van a comer, estiran lo máximo posible la comida para que se vayan con la panza llena y aguanten lo que más puedan el fin de semana. Hay un problema serio en los comedores”, dijo el ex ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo.

Agregó: “Lo primero que hay que hacer es triplicar el presupuesto para los comedores. No hay manera de pensar el país, de pensar el desarrollo, si alguien come mal. Estamos hablando de un aumento de 9000 millones en todos los programas sociales que es muy poco en el presupuesto global de la Provincia”, concluyó.

La visión desde el oficialismo

La diputada provincial de Cambiemos, Sandra París, reconoció la gravedad de la situación social, pero atribuyó la problemática a la herencia dejada por el gobernador Daniel Scioli.

“Somos conscientes de que hay una situación que es triste, dolorosa, y por eso desde el primer día que asumió la gobernadora se está ocupando de este tema. Esto es producto de una política de años donde no se le ha dado entidad a la pobreza. Los chicos no solo tienen hambre hoy, vienen de una historia de hambre. Hasta han generado chicos discapacitados por falta de alimento”, afirmó.

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