El negocio oscuro de las concesiones viales
El estado de las rutas 2 y 11 que administra Cristóbal López es lamentable. Y lo mismo sucede en la autopista La Plata-Buenos Aires, que amaneció con pintadas a favor de la flamante gobernadora. La pesada herencia que deja la gestión sciolista
Así como en las páginas del diario Hoy hicimos una radiografía de los negociados que involucran al IOMA y a las máquinas tragamonedas, hoy nos dedicaremos a describir otra de la pesada herencia que dejó el kirchnerismo y Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires: las concesiones viales.
Se trata de una enorme caja política, manejada por un puñado de amigos de poder que ponen en serio riesgo a todos los que tiene transitar por distintas rutas y autopistas del país. ¿El motivo? La alarmante falta de inversiones. Los 43 gendarmes fallecidos en Salta, en una autopista regenteada por la empresa Electroingeniería, íntimamente ligada al ex candidato a vicepresidente Carlos Zannini, son una clara muestra de esta lamentable situación.
Otro caso paradigmático se da en la Provincia, más precisamente la ruta 2 y 11, y el resto de las autovías del denominado corredor atlántico, que se han convertido en verdaderas trampas mortales. Y existe mucha preocupación ante lo que pueda suceder durante el verano, especialmente en enero, cuando esas rutas estén colmadas por miles y miles de automovilistas que, con sus familias, irán de vacaciones a la Costa Atlántica.
Desde el año 2011, la concesión de la ruta 2 y 11 están a cargo de una unión transitoria de empresas, llamada Autovía del Mar, constituida por cuatro grupos empresarios: Benito Roggio e Hijos SA, Esuco S.A (de Carlos Wagner, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción), Helport S.A (de Eduardo Eurnekián) y las constructora CPC S.A, ligada al zar kirchnerista del juego, Cristóbal López, dueño de un holding mediático integrado por la señal C5N, Radio 10, una productora televisiva en sociedad con Marcelo Tinelli y diferentes emisoras. La firma CPC SA ingresó al consorcio un año después de la adjudicación de la licitación mediante la compra del 20% del paquete accionario.
Ahora bien, el hecho de ser parte de un servicio público, como es la concesión vial, debería haberle impedido poder comprar los medios de comunicación del Grupo Hadad, operación que fue avalada por la Administración Federal de Servicios Públicos, pese a que viola la denominada Ley de Medios que el propio kirchnerismo impulsó. Nunca mejor empleado el refrán que dice “hecha la ley, hecha la trampa”.
La presencia de una empresa de Cristóbal López viola el artículo 25 de la ley de Medios, que dispone que las personas que accedan al proceso de adjudicación de las licencias de medios audiovisuales no deberán poseer más del 10% de participación accionaria en empresas de servicios que tengan a su cargo la concesión o permiso de un servicio público nacional, provincial o municipal.
La gestión sciolista también hizo negocios con otra autovía, como es la autopista La Plata- Buenos Aires, que se convirtió en una auténtica caja política, que fue puesta al servicio del proyecto presidencial de Scioli. A nivel de inversiones se intentó hacer creer que iba a haber un cambio copernicano con la construcción del llamado “tercer carril” que, en realidad, fue una simple extensión de la cinta asfáltica sobre lo que antes era una banquina. También se eliminó una de las estación de peajes, sin que ello implique ningún beneficio económico para los usuarios viales. Pero, lo más grave, es que utilizó ese espacio para desplegar una millonaria campaña naranja, poniendo carteles y realizando pintadas en apoyo al proyecto político sciolista.
Ayer, según pudo saber Hoy, las pintadas de Scioli comenzaron a ser tapadas y comenzaron a aparecer el slogan “Vidal-Macri”, en apoyo a la gobernadora y el presidente. Es decir, algunos sectores se resisten a dejar de lado las lógicas de la vieja política.