El peronismo se alinea a nivel nacional y negocia a contrarreloj el cierre de alianzas
A tres días del vencimiento para inscribir frentes, el PJ nacional acelera definiciones con la idea de unificar su identidad en todo el país bajo el nombre “Fuerza Patria”. Tensiones internas, guiños de Cristina y el rol de Massa condicionan los acuerdos finales.
El calendario aprieta y el peronismo se juega una ficha clave. Este jueves 7 de agosto vence el plazo legal para registrar alianzas de cara a las elecciones nacionales del 26 de octubre, y en todos los rincones del país se activaron reuniones, llamadas y pulseadas para definir cómo se presentará cada sector del movimiento. En ese marco, la apuesta del PJ nacional es clara: lograr que en los 24 distritos la coalición se identifique bajo un mismo nombre, “Fuerza Patria”.
La idea es consolidar una imagen uniforme que funcione como contrapeso simbólico y político frente a La Libertad Avanza, el armado oficialista que Karina Milei intenta estandarizar en todo el país con su color violeta y el águila como emblema. En el justicialismo creen que presentarse con múltiples nombres sólo contribuye a la dispersión y debilita la oposición al actual modelo de gobierno.
El Frente Renovador, que conduce Sergio Massa, ya confirmó que participará en todas las provincias bajo el nuevo sello. Sin embargo, no todas las piezas encajan con facilidad. Gobernadores como Ricardo Quintela en La Rioja evalúan sostener denominaciones propias, como “Frente Federal”, mientras en Córdoba el peronismo local —con Llaryora y Schiaretti al mando— avanza por fuera con una estructura “de centro” y más cercana a una oposición dialoguista con el Ejecutivo nacional.
En la provincia de Buenos Aires, que concentra más de un tercio del electorado, el nombre Fuerza Patria ya fue oficializado en julio como la principal expresión opositora. Allí, Cristina Fernández de Kirchner conserva un rol central. Como presidenta del PJ, su opinión será clave a la hora de definir la lista de diputados nacionales. Máximo Kirchner, Axel Kicillof y Gabriel Katopodis, entre otros, ya se mueven alineados en esa estrategia.
Las tensiones no están ausentes. Juan Grabois advirtió que su espacio podría competir por fuera si Massa encabeza la boleta. Aunque luego suavizó sus dichos, la interna encendió alarmas en un armado que venía tratando de mostrar cohesión. Desde distintos sectores insisten en que, pese a los roces, la unidad no corre peligro.
De cara al cierre de alianzas, lo que está en juego no es solo un nombre: es la capacidad del peronismo de mostrarse competitivo, organizado y con vocación de poder frente a un gobierno que, según remarcan desde el PJ, “solo genera ajuste, miedo y desigualdad”.
