El peronismo se reorganiza y define su reparto interno para enfrentar a Milei
Kirchner, Massa y Kicillof acordaron el reparto de las listas bonaerenses.
La urgencia del calendario electoral y el desgaste social provocado por el gobierno de Javier Milei obligaron al peronismo a salir de la inercia. El flamante acuerdo entre Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa marca el inicio de un frente común que competirá en septiembre bajo el sello “Fuerza Patria”, una construcción que, si bien dista de la unidad ideal, representa una alianza posible para enfrentar el actual modelo económico y político.
El reparto de poder dentro del armado —que deberá confirmarse el próximo sábado 19 de julio, con el cierre de listas para las elecciones provinciales y locales del 7 de septiembre— quedó establecido con claridad: el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) del gobernador Kicillof y el kirchnerismo se repartirán cada uno el 38% de las candidaturas legislativas bonaerenses, mientras que el Frente Renovador de Massa controlará el 24% restante. De las 29 bancas que el peronismo aspira a retener en la Legislatura provincial, once serían para Kicillof, once para el cristinismo y siete para el massismo. El lunes comenzará el armado de listas, con una mesa tripartita que ya se puso en funcionamiento.
Aunque las tensiones persisten, especialmente a nivel local, se impuso un mecanismo de “firmas cruzadas” para garantizar el consenso entre las partes. Cada lista distrital deberá ser avalada por los tres espacios, lo que complica el cierre en distritos clave como Avellaneda, La Matanza, Quilmes y Morón. En este último, la falta de diálogo entre el intendente Lucas Ghi y el líder de Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella, anticipa un cierre conflictivo.
El acuerdo tiene implicancias nacionales. Cristina Fernández de Kirchner sigue cada movimiento desde el Instituto Patria y se reservó un rol de conducción estratégica. Massa, por su parte, insiste en construir un frente “anti-Milei” inspirado en el modelo brasileño de Lula da Silva. En paralelo, ya se negocia la integración de las listas para la Cámara de Diputados nacional, aunque allí el reparto es más áspero.
En términos regionales, el esquema busca equilibrio: la Primera y Cuarta sección estarían más inclinadas hacia el MDF, mientras que el kirchnerismo consolidaría su peso en la Quinta y Séptima. Massa, en tanto, buscará sostener su presencia en secciones como la Segunda y la Sexta, donde su armado tiene referentes históricos.
Más allá de las tensiones, en el peronismo prima la convicción de que la crisis del oficialismo nacional puede convertirse en una oportunidad. La caída en la participación electoral, que ya marca récords históricos, es una alarma que obliga a tender puentes con una sociedad descreída. La unidad no es solo una estrategia electoral, sino también un intento por reconstruir representación política.
