Estragos por la inflación: el peso vale cada vez menos

Con el billete de mayor denominación apenas se pueden comprar tres docenas de facturas. Adquirir los mismos productos que hace dos años requiere muchos más billetes. Los bancos elevaron el tope de extracciones en cajeros automáticos.

La inflación genera cada vez más estragos en la economía doméstica de los argentinos. Así es como con un billete de $ 100, que es el de mayor denominación en nuestro país, cada vez se pueden comprar menos productos y servicios. Y la situación tiende a empeorar si se tiene en cuenta que el aumento del costo de vida, a fin de año, se ubicaría en alrededor del 30%.

Algunos ejemplos hablan por sí solos. Con $ 100 actualmente sólo se puede adquirir tres kilos de yerba mate o tres docenas de facturas. Ni siquiera alcanza para pagar una factura de la tarifa de agua que, en nuestra región, se ubica en torno a los $ 150 mensuales, y apenas cubre el 50% de la tarifa de la TV por cable.

Por la ola inflacionaria es que la gente debe desembolsar muchos más billetes que hace dos años para comprar los mismos productos, situación que les metió presión a los bancos para elevar el límite de extracciones que se pueden realizar en los cajeros automáticos.

Mientras hasta hace pocas semanas sólo se podía retirar de la tarjeta de débito $ 2.000 por día, el público masivo tendrá ahora la posibilidad de llegar hasta $ 3.000. En tanto, en el segmento de clientes VIP ya se podía extraer hasta $ 5.000 cada 24 horas. Eso sí: para acceder a ese monto, deben realizar la operación en los cajeros de sus propios bancos, ya que en los otros el máximo lo pone la terminal, y es de $ 2.000.

Según fuentes del mercado, el promedio de extracción es de $ 1.000, el doble que hace dos años y el triple que en 2007. El límite lo estipula cada banco por sistema y por cada tipo de cliente. “Por un tema físico, el máximo de billetes que puede dispensar un cajero automático es de 40 o 50, por un tema físico del equipo, ya que a partir de esa cifra pueden surgir inconvenientes de logística”, reveló una fuente del sector.

“La tasa de inflación está muy alta. Y lo que es más preocupante en ese sentido es que hay algunos valores que permiten que la inflación no sea aún mayor, que no van a poder ser sostenidos en el tiempo. Uno de esos valores es precisamente el tipo de cambio. Este tipo de cambio ya no se sostiene, en algún momento habrá que sincerarlo y, cuando se lo haga, eso va a darle un nuevo impulso a la ola inflacionaria”, aseguró el economista Juan Dumas, exsubsecretario de Comercio de la Nación.

Agregó: “Lo mismo pasa con las tarifas de muchos servicios públicos, que siguen con niveles de subsidios muy importantes, que tampoco son sostenibles en el tiempo desde el punto de vista fiscal. Entonces, también en algún momento habrá que sincerar esos valores, y cuando esto ocurra, va a ser un empujón en el ritmo inflacionario”.

Dumas destacó que el índice de inflación en la Argentina es el “más alto de América Latina y uno de los más altos del mundo”.

Por su parte, el economista Raúl Cuello, profesor consulto de la Universidad Católica Argentina (UCA), le dijo a este diario que “algo que no resiste el menor análisis es que el tipo de cambio en la Argentina está sobrevaluado y eso está afectando mucho a la competitividad de la economía argentina”. 

“Ahora, lo que ocurre es que, con la expansión monetaria que hay y con la inflación que existe, una devaluación fuera del contexto lo único que harían sería acelerar el crecimiento de los precios”, advirtió. Y agregó: “Yo estoy de acuerdo con que hay que mejorar el tipo de cambio en términos reales, pero no simplemente por medio de la devaluación nominal. Se tiene que incluir un conjunto de políticas fiscales y monetarias”.

Cuello concluyó con que los cambios en los límites de extracción de dinero en cajeros automáticos “son una muestra de que la inflación implica un alto del impuesto inflacionario. Y la gente pretende escapar de ese impuesto. Y ganarle al impuesto inflacionario es sacarse los pesos del bolsillo. Uno sabe por su propia experiencia que el valor real del peso argentino desciende día a día”. 

Comer pollo ya es un lujo

Los prohibitivos precios de la carne vacuna llevaron a que muchos argentinos tuvieran que privarse del típico asadito del domingo. Así fue cómo se pasó de los 70 kilos per cápita anuales en 2006 a sólo 50 kilos en 2012. A ello se le sumaron las desacertadas políticas K en materia de ganadería, que puso a la actividad en estado de coma: en los últimos seis años, la producción ganadera representó una pérdida para la economía de unos US$ 2.350 millones en concepto de ventas internas y externas. 

Ante esta situación, muchas familias recurrieron al pollo como una forma de equilibrar la dieta. Pero ahora la ola inflacionaria también alcanzó a este producto, cuyos precios se fueron a las nubes.

Según un relevamiento que hizo este diario en distintas carnicerías y pollajerías de la región, en el último año el kilo de suprema de pollo aumentó un 48%, pasando de $ 33 a $ 49,90.

“La milanesa de pollo ya sale casi igual que las milanesas de carne, entre 30 y 35 pesos el kilo. Un pollo entero difícilmente se pueda conseguir por menos de 35 pesos”, dijeron fuentes consultadas por este diario.  

Asimismo, el kilo de pechuga, que el año pasado se conseguía a $ 22,90, ahora pasó a $ 26,90; la pata muslo (por kilo) pasó de $ 13,90 a $ 17,90; y las alitas (por kilo), de $ 9,90 a $ 12,90.

Rige el tarifazo

El Gobierno nacional oficializó hoy el aumento en las tarifas de la luz, con la aplicación de un monto fijo que va desde los 4 a los 300 pesos, según la categoría del usuario. Esta suba no llegará a La Plata, donde la empresa distribuidora, Edelap, tiene una concesión que depende del Estado provincial. Lo que sí se sentirá en nuestra región es el efecto inflacionario que puede llegar a tener este tarifazo.

La resolución 347/2012 del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) fue publicada en el Boletín Oficial y autoriza a las empresas distribuidoras Edenor y Edesur a aplicar los incrementos, tal como habían anunciado el viernes el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, y el viceministro de Economía, Axel Kicillof.

Según se explicó, las compañías solicitaron esta medida “a fin de permitirles la realización de inversiones en obras de infraestructura y de mantenimiento correctivo”.

El monto fijo se depositará en “una cuenta especial” para ser utilizado, “en forma exclusiva, en la ejecución de obras de infraestructura y el mantenimiento correctivo de las instalaciones de las concesionarias, y que será administrada por un fideicomiso que será creado oportunamente”.

El cargo deberá ser expresado “en forma diferenciada en las facturas que las distribuidoras emitan a sus usuarios” a partir de ahora.

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