Hasta Carrió perdió la confianza en el Presidente
Al asumir, Mauricio Macri levantó varias banderas y promesas: Cambiemos representaba el anhelo de esa suerte de Nunca Más a Cristina Kirchner, sus maniobras, sus políticas.
Dijo el ahora Presidente, y por eso lo votaron: no más corrupción, impunidad, inflación, ni pobreza. Más producción y obra pública, para generar empleo y fortalecer el mercado interno.
Prometió, pero cada política suya fue un gol en contra de esas variables: la inflación avanza, y cada vez más trabajadores se hunden por debajo de la línea de la pobreza; las tarifas aumentan a un ritmo mayor al anunciado; el Gobierno festeja si el dólar baja unos centavos y cuando lo hace es a expensas de políticas recesivas, convalidando tasas de interés que rozan el 75% (las más altas del mundo), volviendo imposible el financiamiento para PyMes y ciudadanos de a pie; los préstamos se encarecen, caen y la actividad productiva se congela todavía más.
Hay angustia: entre quienes conservamos el empleo y hacemos malabares para llegar a fin de mes; entre los que lo perdieron y luchan por sobrevivir.
La cola de más de mil personas esperando ocupar uno de los puestos de trabajo ofrecidos por una pizzería en Rosario es toda una fotografía de estos días: la gente quiere trabajar, pero el trabajo escasea.
Desilusión
“Perdí la confianza en el Presidente”, dijo este fin de semana una “desilusionada” Carrió luego de que la AFIP despidiera a tres funcionarios de su confianza que investigaban las conexiones de la causa de las fotocopias de los cuadernos de las coimas con el primo de Macri, Ángelo Calcaterra.
Ninguna casualidad. Para una de las principales aliadas del Ejecutivo, no hay el más mínimo interés de contribuir a abrir la caja de Pandora, se busca encubrir a la familia del Presidente, a su primo y, sobre todo, a su padre, Franco Macri.
Por eso, la AFIP no aporta toda la información que debiera a la Justicia; por eso Calcaterra dice “algunas cosas, se arrepiente y listo. Su arrepentimiento es incompleto”, dirá Lilita, para quien los cambios en la AFIP “equivalen a aliarse con (Ricardo) Echegaray y su gente”.
Otro paso en la línea de la impunidad como el que, según la líder de la Coalición Cívica, dio el ministro de Justicia, Germán Garavano, cuando, al ser consultado por la situación procesal de Cristina Kirchner, respondió que “nunca es bueno para un país que un presidente o expresamente esté detenido o se pida su detención”. Carrió anticipó que pedirá el juicio político.
El espejo de la impunidad
Para los millones que cayeron en la pobreza o agravaron su miseria, pero votaron a este Gobierno con la ilusión de cambio, quedaba una débil llama de esperanza: la honestidad, que por lo menos no fueran tan corruptos como los que abandonaron el poder en 2015.
También confió en ella Elisa Carrió, la abanderada de la República, al establecer con Macri su pacto contra la impunidad.
Ese pacto hoy cruje. La diputada parece advertir lo que se ha escrito desde estas páginas: que de la causa de los cuadernos al caso de los aportantes truchos para sus campañas, quienes gobiernan hoy en poco y nada difieren del kirchnerismo.
Nunca es triste la verdad
O bien a este Gobierno y al anterior los une el espanto -el lodo de la causa de los cuadernos hace tan corrupto al kirchnerismo como a la familia Macri, histórica habitante de la Patria contratista; y la corrupción los emparenta también en el caso de los aportantes truchos, esa millonaria caja de dinero negro no declarado-. O bien mueve al Presidente la especulación política: para Carrió, la libertad de Cristina favorece la polarización y le otorga a Cambiemos más chances de resultar reelegido. Es un pacto de impunidad del que ella, Lilita, no quiere formar parte.
“Yo tengo una decisión de vida contra la impunidad, […] y eso no me lo va a quitar ni el Presidente, ni el peronismo, ni el radicalismo, ni nadie”, espetó Carrió. Si las cosas no cambian, dijo, su relación con Cambiemos “se torna irreversible”, y recordó que el Presidente está “entre la línea [Daniel] Angelici y la línea Carrió. Va a tener que elegir. Elige o cae”.