La alarmante precariedad de YPF

El incendio ocurrido en dos tanques de petróleo en Malargüe, Mendoza, volvió a dejar en evidencia los enormes problemas de seguridad que tiene la empresa que conduce Miguel Galuccio. Un símbolo de la corrupción K

Otra vez la cruda realidad vuelve a mostrar que la corrupción no es sólo un problema por el hecho de que puede generar el desvío de cuantiosos recursos públicos, si no también por el peligro que puede generar en la población el accionar negligente del Estado, cuando está a cargo de servicios o áreas estratégicas.

En este sentido, YPF es uno de los ejemplos más claros del problema. El kirchnerismo no sólo en su momento avaló la privatización desde Santa Cruz, si no que una vez en el Gobierno nunca se dedicó a controlar a la española Repsol, y para peor al reestatizar el 51% de la empresa petrolera sigue profundizando su decadencia.

El dantesco incendio que se generó en dos tanques de petróleo de una planta de procesamiento de crudo pertenecientes a la compañía que conduce Miguel Galuccio, en la localidad mendocina de Malargüe, fue recién controlado ayer luego de dos días de intenso combate a las llamas.

Otra vez, se corrió el riesgo de que se produjera una catástrofe. La situación hizo recordar naturalmente a la explosión ocurrida hace un año en la refinería de YPF ubicada en Ensenada, en medio de la inundación que azotó la región el 2 de abril.

Ambos casos demuestran lo que este diario viene publicando acerca de la decadencia de la empresa petrolera, que agrava las condiciones de inseguridad en la que trabajan sus operarios y pone en riesgo a todos los habitantes que viven alrededor de plantas de la compañía.

Fuego detenido

Según informó la empresa petrolera, ayer por la tarde se"extinguió el fuego en la planta de Cerro Divisadero", que ardía desde hace más de dos días por causas que aún no habían sido determinadas.

YPF anunció que continuará "enfriando la zona afectada con agua y espuma" y que ya inició las "tareas de mantenimiento necesarias para restablecer el funcionamiento de instalaciones cercanas, que habían sido paralizadas preventivamente", a la vez que también comenzó "a trabajar en el restablecimiento de la producción".

Según trascendió, fueron 14 personas las que sufrieron lesiones leves y fue la expansión del siniestro la que provocó la explosión del segundo tanque, tras el estallido del primero. Ante ello, las operaciones en otras instalaciones linderas debieron ser suspendidas, algunos pobladores evacuados y el tránsito cortado en rutas de la zona.

Importante despliegue

La magnitud del incendio ocurrido en Mendoza fue tan grande y peligrosa que en la zona tuvieron que trabajar autobombas de YPF, camiones cisternas, bombas de impulsión de agua, un camión espumigeno, camiones de aspiración de fluidos, 1 helicóptero y 6 aviones y 3 ambulancias con personal médico.

Cabe recordar que la planta de Cerro Divisadero cuenta con seis tanques de los cuales cuatro son de proceso y dos de despacho de crudo tratado.

Los dos tanques que explotaron "almacenaban al momento de siniestro unos 13.935 metros cúbicos de petróleo para ser enviados a la refinería Luján de Cuyo", indicó la empresa.

Por acción del viento, se había expandido una cortina de humo, que ante su densidad y toxicidad obligó a evacuar a las familias de puesteros que viven en los alrededores y se dispuso el corte de tránsito en caminos y de la ruta nacional 40.