La Argentina que el gobierno no ve

El cierre de la Planta Avícola Cresta Roja, del Grupo Rasic, pone el acento en la crítica situación que atraviesa el mercado de la carne avícola y vacuna en la Argentina. La fracasada política económica K al descubierto

La pérdida de competitividad de la economía nacional durante la mal llamada década ganada, ha dejado sectores industriales en una crisis terminal, tal como viene ocurriendo con la carne, que ha llevado a que hayan cerrado durante la administración kirchnerista 163 frigoríficos y 21.000 trabajadores fueran expulsados del mercado laboral.

Tan crítica es la situación que una de las principales plantas avícolas del país, como lo es Cresta Roja, inició un proceso masivo de despidos, en este caso de 5.000 trabajadores, debido más que nada a la fuerte caída en las ventas de sus productos y por las dificultades que impone la fracasada política económica del kirchnerismo.

El Grupo Rasic, dueño de Cresta Roja, líder del sector avícola por décadas en la Argentina, se encuentra pasando una fuerte retracción en sus ventas, lo que ha llevado a que deban cerrar varias de sus plantas. Por eso los trabajadores enrolados en el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Carne y sus Derivados bonaerense (SICGBA) reclamarán hoy, en la ciudad de Ezeiza, una solución al gobierno K.
El gremio recordó que “en la última semana el frigorífico El Maná -Oncativo, Córdoba- cerró sus puertas en forma definitiva, dejando 47 trabajadores en la calle; a ello hay que sumarle los problemas económicos de Fepasa -Avícola de Concepción de Uruguay- y el cierre de la Planta Avícola Pividori de Avellaneda, Santa Fe”.

Números a la baja

A la crisis de la actividad avícola, se le suma la debacle del sector cárnico. La industria frigorífica exportadora sufre la baja de los precios internacionales como la del cuero del 40% o del 20% en la tonelada de carne. Pero, además,sufre pesadas retenciones aplicadas por el Estado que están causando un perjuicio muy grande.

La realidad es que las políticas iniciadas por Guillermo Moreno y continuadas luego por Augusto Costa, sólo lograron que cerrando las exportaciones en el sector, la carne saliera más barata comprarla en el extranjero que al interior del propio país, donde puede verse que hoy día es más barato comprar un kilo de lomo o peceto en un país de Europa que hacerlo en el mercado local.

La ineficiente política oficial hacia el sector, sumado a los problemas económicos que agravan la situación de los argentinos, ha originado que el stock ganadero se haya reducido en 10 millones de cabezas, sin que hasta el momento el oficialismo haga un mea culpa por su incapacidad para manejar una situación que se les ha ido de las manos.

Ni siquiera el aliciente que significó que las autoridades norteamericanas la semana que pasó abriera su mercado a la carne bovina argentina, sirvió para cambiar este presente negativo para el sector, ya que la misma es una acción que va a quedar en la nada por ser intrascendente. La Argentina está produciendo 2.600.000 toneladas de carne y sólo para el consumo interno se precisan 2.400.000 toneladas. O sea, no queda nada para exportar, y por más que las autoridades pongan esta resolución, no se va a cambiar nada si no se cambian las políticas del gobierno hacia el sector.

Con la enorme presión impositiva que tienen los productores, con el bajo valor que tiene el dólar, al exportador tampoco le conviene exportar ya que el frigorífico exportador tiene un 50% más de costo para empaquetar sus carnes que aquel que lo hace sólo para el consumo interno, entonces como no se puede competir, cierran sus puertas, tal como ha pasado con Cresta Roja.

Estancamiento asegurado

La economía argentina sigue siendo objeto de estudio por parte de la inmensa mayoría de las consultoras, que vienen pronosticando un presente y un futuro cargado de escepticismo para el país.

Un estudio efectuado por la consultora Elypsis, que dirige Eduardo Levy Yeyati, alertó que el crecimiento que prevé el gobierno de la economía para este 2015 no es tan real como lo indican los números oficiales, “sino que se mantendrá el estancamiento”.

Para la consultora, la tasa de crecimiento “no llega a cumplir con la cantidad de empleo necesario para cubrir el empleo de la población", y que lo que hace el Gobierno “es financiarse con deuda que emite el Central", generando un combo explosivo para la economía nacional.

El informe privado sostiene además que "los precios libres siguen creciendo mensualmente alrededor de 1,8 por ciento", y que los índices inflacionarios del gobierno no están “en sintonía” con la realidad.

Citrus: una crisis que despierta el llanto

Las economías regionales se encuentran pasando uno de sus peores momentos en décadas, con producciones arrasadas y una industria que no levanta cabeza en los principales distritos del país.

Uno de los dichos y frases populares más conocidos es aquel que dice que “una imagen vale más que mil palabras”, y nunca mejor representado que en la situación que se encuentran viviendo los productores cítricos en la provincia de Entre Ríos, con una crisis que no tiene piso y sigue sumergiendo en la desesperación a cientos de chacareros.

Lo crítico de la situación llega al extremo de que sólo un productor haya debido tirar más de 200.000 kilos de mandarinas. Ricardo Rigoni, el hombre en cuestión, vivió este hecho con enorme dramatismo, despertando el llanto suyo y de su familia ante la inacción oficial.

“El año pasado perdí 400 mil pesos. Yo un año de trabajo lo tiré. ¿Sabés lo que es tener que irte para que no te vean llorando los cosechadores? Esto te hace llorar. Ponete en el lugar de que te entren y te roben todo. Bueno, esto es lo mismo. Trabajás un año para nada", señaló el productor a la prensa.