Sectores productivos en la Provincia en momentos delicados

La economía bonaerense bajo cero

Mientras se espera que abril cierre con una inflación récord y las elevadas tasas de interés imposibilitan el acceso al crédito y profundizan la recesión, los distintos sectores productivos de la Provincia atraviesan por un momento extremadamente delicado. Ruralistas, pesqueros, empresarios pymes, textiles y referentes de la metalmecánica, consultados por Hoy, reclamaron un urgente cambio de rumbo

No sólo el clima de la provincia de Buenos Aires está presentando gélidas temperaturas, propias del invierno. La actividad económica también se encuentra bajo cero, afectada por una profunda recesión a nivel nacional, que pega muy fuerte a lo largo y ancho del territorio bonaerense, afectando a las más diversas actividades productivas.

El panorama pudo ser constatado por Hoy, que dialogó con referentes de distintas regiones bonaerenses que se dedican a la pesca, al rubro textil, al comercio y a las actividades agropecuarias en la Provincia. Esta situación derivó, como viene informando nuestro diario, en una abrupta caída en los niveles de empleo, agravada por una inflación que no da tregua.

Está previsto que la inflación de abril sea récord ya que se ubicará por encima del 6 por ciento y se prevé que una situación similar se registre en mayo, producto de los salvajes aumentos de tarifas instrumentados por el gobierno nacional y bonaerense. Este punto resulta clave para entender el delicado panorama económico de la Provincia, con productores rurales, industriales y empresarios pymes, que dan trabajo genuino, que tiene que hacer frente a costos de energía astronómicos. Por ejemplo, aquellos empresarios con una pequeña fábrica, que pagaban alrededor de 30 mil pesos de luz por mes, ahora le están llegando boletas por encima de los 100 mil pesos, en un mercado absolutamente deprimido ya que la recesión, acentuada por las elevadas tasas de interés, hace prácticamente imposible el acceso al crédito.  

Las PyMEs al borde del precipicio

Una de las promesas de campaña de María Eugenia Vidal el año pasado había sido la de abrir las persianas de las fábricas en toda la provincia, pudiendo así posibilitar la llegada de trabajo genuino y el crecimiento de la producción bonaerense.

La decisión tomada por las autoridades económicas nacionales que encabeza Alfonso Prat-Gay de abrir el régimen de importaciones, preocupa a una industria en crisis y que no encuentra medidas racionales por parte del gobierno que sirvan para solucionar los graves problemas que atraviesa.

A los problemas específicos de un mercado crujiente por la crisis que atraviesa Brasil, se le ha sumado un tarifazo en los principales servicios públicos, que ha llevado a que los costos de las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs) hayan tenido un fuerte crecimiento en sus costos, lo que hizo que aumentaran los despidos y suspensiones en las fábricas.

Golpe al mentón productivo

El impacto del enfriamiento de la economía se está haciendo sentir con mayor intensidad sobre las PyMEs, las más perjudicadas por la caída del nivel de actividad y la alta inflación. A eso se le suma la fuerte presión impositiva y tributaria, y las dificultades para acceder a créditos, formando un combo que hace muy difícil su continuidad en la Provincia.

En diálogo con Hoy, el presidente de la Federación Económica de Buenos Aires (FEBA), Raúl Lamacchia, reconoció que “estamos pasando un momento complicado. Las últimas medidas han impactado negativamente en las PyMEs, con aumentos de los costos y de los precios, y la baja del consumo hizo que disminuyera la rentabilidad, haciendo peligrar la permanencia”.

Para el dirigente empresarial, “hay locales desocupados como hacía tiempo no se veía. Los tarifazos impactaron fuertemente en las fábricas, pagando facturas que llegan a casi el 700% más que hace un año atrás. Creemos que se pueden generar despidos, por lo que pedimos que se ayude a las PyMEs con programas de asistencia laboral para no tener que despedir gente”.

La decisión de dejar abierto el mercado nacional a los productos que vienen del exterior, ha llevado a que muchas empresas hayan tenido que ajustar la cantidad de trabajadores, siendo una de las más preocupantes  consecuencias de la falta de acciones concretas del Estado para resolver la crisis que atraviesa el sector empresarial.

Alberto Sellaro, presidente de la Cámara de la Industria del Calzado, explicó a Hoy que “el sector trabaja a contra temporada y nos preocupa la temporada de verano así como las importaciones de Brasil. Esto podrá resentir nuestra producción a la baja del consumo masivo en los comercios”.

Según los especialistas consultados por nuestro diario, hasta que el Estado no defina un plan de obras públicas que termine definiendo que una parte de esa inversión debe ser necesariamente con materiales de la industria nacional, la incertidumbre de las PyMEs aumentará.

La crisis industrial bonaerense no se detiene y ha dejado a las empresas al borde del precipicio. Hay insumos con proveedores de posición dominante que hacen difícil la producción, donde los valores están muy por encima de los valores internacionales, lo que hace que la producción se profundice a la baja.  

Producción en crisis jaquea al sector rural

Un paisaje por demás desolador es el que tiene el campo en la provincia de Buenos Aires por estas horas. A las malas condiciones climáticas que ha llevado a que una parte importante de terreno bonaerense esté bajo el agua, se le suma la falta de políticas por parte del gobierno para frenar una crisis que se profundiza en vez de frenarse.

A pesar de la quita en la retenciones y los ROES que permiten exportar la producción sin injerencia estatal, la producción no ha mostrado signos de recuperación, y el ingreso masivo de dólares provenientes de las cosechas de soja y otros cereales, brillan por su ausencia.

Las zonas del norte de la Provincia están sumamente complicadas con agua de 30, 40 o 50 centímetros en los campos, con grandes lagunas que los hacen intransitables e improductivos, con productores que han tenido que sacar la Hacienda porque no tienen otra alternativa porque los campos están anegados e inundados.

Carencia oficial

En el sudoeste bonaerense, al haberse sembrado el trigo con baja tecnología, la calidad tanto de la cebada como del trigo, no es buena, son trigos de baja proteína que están hoy vendiéndose muy por debajo del valor de mercado.

Jorge Grimberg, vicepresidente de Carbap (Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa), le aseguró a Hoy que “hoy tenemos dos partidos de la provincia, como son los de Puán y Adolfo Alsina, que están extremadamente complicados, con caminos cortados y una producción virtualmente destruida”.

Según el dirigente rural, “muchos productores no han cosechado, ya que por ejemplo en el norte de la Provincia se ha cosechado nada más que el 25% de la soja, así que hay mucho problema de cosecha, mucho problema de soja que se está brotando y se transforma en inútil”.

La carencia de una política acorde a la situación que se vive hoy en la Provincia, ha llevado a que el campo se encuentre pasando un momento delicado, corriendo el riesgo de que las cosechas de trigo y cebada en el sudoeste y la de soja en el norte bonaerense, se encuentren perjudicadas al corto y mediano plazo.

Sumado a ello, la imposibilidad de acceder a herramientas financieras, pusieron a los ruralistas en un momento de grandes dificultades económicas para afrontar la próxima campaña, que seguramente en caso de realizar la siembra el paquete tecnológico a aplicar será a costos mínimos.

La zona costera en emergencia

La producción en la zona costera de la provincia de Buenos Aires suele mostrarse agolpada en época estival, pero una vez que se termina el verano, puede observarse la contracción que viven sus principales actividades económicas luego del Turismo, como lo son la industria textil y la pesca.

Los empresarios pesqueros califican como crítica la situación que atraviesa el sector en suelo bonaerense y reclaman para ello medidas de auxilio para salir de la emergencia.

En diálogo con Hoy, el presidente de la Cámara de Industria Pesquera de Mar del Plata, Francisco Romano, señaló que “el sector de la pesca está atravesando una fuerte crisis sin que las autoridades de la provincia todavía nos den una respuesta a nuestros reclamos”.

Para el referente pesquero, “la crisis en el sector continúa, no se ve una mejora, sino que por el contrario, con el correr de las semanas estamos empeorando. La pesca está embromada por el tema del combustible que está muy caro para nosotros. Pedimos subsidios y nos dan migajas”.

Por su parte, Juan Pablo Maisonnave, presidente de la Cámara Textil marplatense, indicó a nuestro diario que “en el sector textil se está notando mucho la recesión que rige a la economía en general, ya que ha habido una fuerte baja en el nivel de consumo a nivel comercial”.

“Hoy lo que vemos es que se está conjugando la apertura indiscriminada con una recesión muy fuerte en el mercado, lo que puede llegar a ser algo que complique la existencia de la industria nacional”, subrayó Maisonnave.

Sur bonaerense: recesión y caída en el consumo

Comenzaron las bajas temperaturas y el andar diario en el sur de la provincia de Buenos Aires se hace difícil. Con una economía con fuertes signos de retracción, el territorio bonaerense muestra un aspecto complicado y cargado de incertidumbre.

Carlos Ferrari, titular de la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME) delegación Bahía Blanca, narró a Hoy la crisis en el sur provincial. “Las grandes plantas del Polo Petroquímico ya no hacen mantenimiento. También hay una baja de actividades considerable en la construcción, las megas empresas, y a nivel comercio llegó a bajar un 35%”, destacó.

Según el representante del empresariado, “por la situación recesiva en el consumo se está despidiendo personal en las grandes compañías, mientras que en las PyMEs no hay toma de personal”.

“Por otro lado están los aumentos de las tarifas de servicios públicos, como el caso de una empresa mediana (fábrica de baterías para automotores) a la que le llegó una factura de $ 170.000”, resaltó Ferrari.

En el mismo sentido se refirió Francisco Aramberri, actual secretario de Acción Social y Desarrollo Humano de Tres Arroyos, quien dijo a Hoy que “el tema de tarifas de luz y gas repercute mucho en el interior, ya que se paga bastante incluso teniendo el subsidio, esperemos que no pase en las familias más carenciadas, aunque en los comercios ya hay incrementos como el de un comercio que de pagar $600 este mes pasó a $1300”.

Knock out industrial en el conurbano

El conurbano bonaerense supo ser hace unas décadas atrás un lugar estratégico de la producción nacional, con una industrialización creciente, donde las oportunidades sobraban, y que tras el paso demoledor del neoliberalismo no se pudo recuperar y volver a ser aquello que alguna vez supo llegar a ser, un emporio industrial con grandes masas de trabajadores.

Un escenario habitual en la zona más populosa del país, es la desidia y la dejadez oficial para crear condiciones adecuadas para la inversión privada que pueda reactivar su enclenque economía.

“La zona más afectada por toda esta retracción que se vive en la economía es en el conurbano bonaerense, tanto su sector norte como sur, con una baja general en las PyMEs industriales al día de hoy. El problema no es la baja, es la falta de anunciar por parte de las autoridades de saber cuáles son las expectativas y a qué nos tenemos que atener”, destacó a Hoy el presidente de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL), Jorge Luis Cavanna.

En ese sentido, el empresario recalcó que “la mayor parte de las empresas de nuestra Cámara están en el Gran Buenos Aires, que es donde más se siente el impacto de esta retracción que se vive en la economía y en la producción local”.
“Todas nuestras empresas en el conurbano bonaerense se ven afectadas en su capacidad de trabajo, donde hay una baja en el trabajo, donde hace 3 o 4 años que no estamos tomando gente en el sector, principalmente en los últimos seis meses, donde hay un crecimiento muy vegetativo, casi nulo”, sentenció Cavanna.
Un futuro cargado de pesimismo e incertidumbre que pone sobre el tapete las consecuencias económicas que dejará la contracción industrial, con problemas estructurales que se agravaron en vez de disminuir, y que ponen al conurbano bonaerense contra las cuerdas.

Un viento norte destructor de empleo

Los cálculos más serios hablan de una caída de 145.000 puestos de trabajo en la Argentina –la mayor parte de ellos en terreno bonaerense-, con un promedio de descenso en la actividad industrial en el primer trimestre del 2016 del 2,7%.

Una de las regiones que más se sufre este deterioro económico y social, es el norte bonaerense, el sector más productivo de la provincia de Buenos Aires.

Juan Carlos Uboldi, presidente de la Asociación de Industriales de la provincia de Buenos Aires (ADIBA), le dijo a Hoy que “las zonas más perjudicadas de la provincia por esta actitud que se viene manteniendo desde las autoridades políticas y económicas, es todo el cordón del Río Paraná desde Buenos Aires hasta San Nicolás, con mucha incidencia en la baja producción de las acerías, la metalmecánica y las autopartistas”.

“Se ha verificado una suba en la importación de hilados que es una materia prima para el sector textil, y una importación de calzado muy importante en lo que va del año que ha hecho que la industria local haya caído de sobremanera”, destacó Uboldi.

Y continuó: “hay múltiples despidos, no tenemos las posibilidades de ser optimistas, no podemos fundar alegría para todos aquellos que votaron un cambio con Macri y Vidal, y vemos que ese cambio en realidad no se ha hecho y quedó en la palabra”.

En el mismo sentido se expresó Javier Genoud, presidente de la Cámara de Comercio e Industria y Servicios de Pergamino, para quien “hay datos de la Secretaría de Empleo local en que la situación es preocupante para la ciudad. Hace varios meses que hay despidos, ya que no hay una empresa que no haya tomado la decisión de desvincular una parte importante de su plantel”.

Un panorama complejo que deja de manifiesto la incapacidad e insolvencia gubernamental para detener el avance del deterioro económico en terreno provincial.