La Provincia, espejo a escala de un país que no da más
Poco a poco, la provincia de Buenos Aires, distrito electoral por antonomasia del país, va siendo caldo de cultivo de un escenario de conflicto social que se replica en todos los frentes.
Poco a poco, la provincia de Buenos Aires, distrito electoral por antonomasia del país, va siendo caldo de cultivo de un escenario de conflicto social que se replica en todos los frentes.
Mañana, ese hartazgo sumará un nuevo capítulo: por un lado, la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (Cicop) comenzará el primero de los tres paros resueltos la semana pasada; se sumará al cese de actividades del lunes 25 convocado por la CGT y las dos CTA; y volverá con otra medida de fuerza el 29 de este mes, cuando los médicos coloquen una “carpa sanitaria” frente al Congreso.
Es un grito de alerta de quienes velan por la vida de los bonaerenses, mal pagos, en hospitales que se caen a pedazos y sin insumos básicos para ofrecer una salud de calidad. También mañana, en lo que ya parece otro déjà vu para quienes habitamos el castigado territorio provincial, los maestros volverán a protestar con un “banderazo” en la ciudad de Buenos Aires, desde la Plaza Congreso hasta la Casa de la Provincia, para exigirle al gobierno de María Eugenia Vidal que convoque a paritarias. En vísperas del Día de la Bandera, buscarán además visibilizar el dramático presente de un área clave como la educación, nada menos, la que determina la garantía o condena del futuro.
Son apenas dos fotografías, elocuentes e incubadas en esta Provincia que, como el resto del país, también sufrirá los coletazos de la vuelta al FMI, que amenaza con recortes en la obra pública, más presiones impositivas e inflación, despidos y enfriamiento en toda la economía (Ver página 3), pero que, mucho antes de llegar a ese acuerdo, nunca vio las bondades del Pacto Fiscal al que la Gobernadora adhirió, a costa de acompañar la ley previsional que tanto afecta y afectará a los jubilados. Por el Pacto, la Nación le debía girar a Buenos Aires $40.000 millones este año; $65.000 el próximo.
Mientras los intendentes y el resto de los bonaerenses esperamos por mejoras que no llegan, apenas una obra parece avanzar sobre un punto neurálgico de la Provincia y esta capital: la que acontece en torno a la rotonda de 120 y 32, un trabajo cuanto menos “irracional”, cuyo fin sería ensanchar la plazoleta que se halla en el centro del círculo, quitándole metros de calle al único acceso a la ciudad, generando caos y un verdadero peligro para los miles de automovilistas que transitan a diario. No sin razón ya hay quienes identifican a esta “obra” como un escaparate electoral sin sentido y buzón de no pocos retornos.