La realidad le cayó encima: "A lo mejor llegó el momento de dar un paso al costado"
El jefe de Gabinete, Aníbal "La Morsa" Fernández, negó hoy ser el "mariscal de la derrota" del Frente para la Victoria en las elecciones que lo relegaron como uno de los mayores perdedores y habló de una "traición" de dirigentes del propio espacio, lo que calificó como "fuego amigo".
El jefe de gabinete reconoció en tanto que María Eugenia Vidal metió "un golazo" al ganarle la gobernación bonaerense. Fernández deseó a la electa gobernadora "de corazón que los resultados que obtenga sean positivos" en la Provincia, y dijo que no tiene "por qué minimizarla" ya que "cuando un jugador le pega con la parte interna del pie izquierdo, y la clava en el ángulo, usted tiene dos opciones: criticar al arquero o reconocer que hizo un golazo".
El jefe de ministros, quien quedó más de 4 puntos abajo a Vidal, admitió que "a lo mejor llegó el momento de dar un paso al costado", pero negó ser "el mariscal de la derrota" del kirchnerismo. Al respecto, argumentó que "si lo hubiese sido, hubiese llevado a la rastra a Scioli, y Scioli sacó más votos que yo", al haberse registrado un importante corte de boleta.
En tanto, admitió que la dura derrota lo lleva a reflexionar sobre que "a lo mejor ha llegado el momento que yo me tenga que correr, de dar un paso al costado" de la política, e incluso recordó que tiene "dos profesiones" a las que puede dedicarse en el plano privado.
El funcionario dijo saber que "hubo gente de mi partido que hizo lo imposible para que me fuera mal" y sentenció: "Ese fuego amigo creyó que me paraba en una elección, pero no se dio cuenta que se hacía un agravio a sí mismo", en supuesta referencia a sus competidores internos, Julián Domínguez y Fernando Espinoza.
Incluso, Fernández adjudicó como una de las razones de la derrota al "informe del Canal 13", en referencia al programa "Periodismo Para Todos", en el que se lo vinculó con la autoría ideológica del triple crimen de General Rodríguez, y quedó asociado al narcotráfico.
