Allanamientos en el country Abril
La red de sociedades fantasmas
Carlos Daniel Tomeo es un abogado que hace cinco años estuvo vinculado al directorio de Abril SA, administradora del club de campo homónimo. Eso no es todo. Su trayectoria empresaria lo relaciona con una serie de sociedades que fueron creadas por una red de “prestanombres” durante la década pasada. Esta red fue investigada por los exdiputados provinciales Walter Martello y Maricel Etchecoin Moro cuando integraban el bloque de la Coalición Cívica-ARI en la Legislatura bonaerense.
Etchecoin Moro actualmente es la presidenta de la CC-ARI en territorio provincial, mientras que Martello forma parte de las filas del Frente Renovador que conduce Sergio Massa.
Según pudo saber Hoy, Tomeo integra o integró directorios de empresas sospechadas de ser cáscaras vacías, creadas por “prestanombres”:
-Pigtail SA: sociedad abierta por la jubilada Esther Grisolia en 2004, en cuyo directorio asumió Tomeo.
-Digress SA: empresa de turísticas creada por los prestanombres Lucio Vicente Pizarro y Clara Simona Gariello. Tomeo se quedó con la compañía en el año 2006, dos meses después de haber sido fundada.
-Mainet SA: sociedad hecha para desarrollar actividades agropecuarias, conformada por Esther Grisolia y Cristina Teresa Fiasche. Solo estuvieron tres meses en el directorio hasta que desembarcó el abogado ligado a La Morsa.
-Drizar SA: firma que vio la luz en el año 2003 con un directorio integrado por las “prestanombres” Grisolía y Evangelina Blanco.
En estas cuatro sociedades intervino la misma abogada, Graciela Mari, que según la investigación de Martello y Etchecoin Moro, cumplía un rol clave en la red de sociedades fantasmas.
Al analizar los antecedentes de Pizarro, Fiasche, Grisolia y Blanco, se destacan las mismas características: se trata de personas extremadamente humildes, algunos de ellos jubilados, que de la noche a la mañana aparecen conformando numerosas sociedades que están sospechadas de ser o haber sido plataformas para el lavado de dinero. Sin ir más lejos, de la red de “prestanombres” habría sido utilizada, entre otros, por el parricida Sergio Schoklender.
Lucio Vicente Pizarro era un jubilado que con más de 80 años figuraba como titular de decenas de firmas. En tanto, Clara Simona Gariello, de 76 años, declara ser comerciante, pero en los registros de la Anses figura como jubilada y pensionada.
En la red de sociedades fantasmas también aparece el exsecretario de Transporte de la Nación, Ricardo Jaime, varias veces procesado por la Justicia, como así también el actual diputado provincial kirchnerista Sergio Damián Urribarri, exgobernador de Entre Ríos, y Elias Ezequiel Sapag, un empresario que es sobrino de un gobernador de Neuquén.
En el año 2010, trascendió públicamente, que Marcelo Arenales, que vive en condiciones muy humildes, habría sido un “prestanombre” o testaferro que formó parte del directorio de la empresa de recolección de residuos Covelia. Arenales, además, fue socio de Lucio Vicente Pizarro en las firmas Privet SA (estuvieron de agosto a noviembre de 2001), Racney SA (desde agosto a noviembre de 2001), Gilmer SA (desde agosto de 2001 a marzo de 2002), Provilar SA , Rabial SA y Ramya SA.
En las firmas Racney, Rabial, Gilmer y Rmaya, el escribano intervieniente fue Beni Mlynkiewicz.
Algunos de los escribanos que avalaron estas sociedades recibieron duras sanciones del colegio profesional.
Schoklender y las cáscaras vacías
Un punto muy importante de la red de sociedades fantasmas es la firma Lenity SA. Allí participó Manuel Camet, quien fue socio de Hugo Gallardo, exapoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, de estrecha relación con el parricida Sergio Schoklender, en las empresas Docamer SRL y Construcciones Calificadas SA. Camet también participa en una serie de empresas vinculadas a ramos tan diversos como la gastronomía, la construcción y la producción de medicamentos. En el caso de Lenity SA, la fundadora de dicha empresa es una mujer de 92 años llamada Ilda Delia Bellusci, en conjunto con Silvia Maone Fiasche. Bellusci y Fiasche resultan ser otra pantalla para la creación de innumerables empresas detrás de las cuales actuaron y operaron poderosos personajes vinculados a distintas esferas relacionadas con el poder político.
Lenity es una firma que se dedica al suministro de medicamentos y fue allanada por la Justicia federal poco después de estallar el escádanlo de Sueños Compartidos en la Fundación Madres de Plaza de Mayo.