Las famosas paritarias libres, cerradas por decreto

Al comienzo de la semana, este diario advirtió (Las mentiras de unas paritarias libres...) cómo el discurso del Gobierno y la realidad marchan por caminos paralelos para nunca encontrarse: mientras el relato macrista habla de paritarias libres, mantiene con sueldos de pobreza a docentes, policías y médicos.

E, incluso, frente a una inflación que para fin de año se proyecta en un piso del 45%, se pretende imponer el techo del 19% por decreto. Tal es lo que sucede con los maestros de la Provincia, donde la Gobernadora firmó una resolución con la que intenta dar por cerrada la negociación salarial con ese porcentaje de incremento.

La respuesta de los docentes no tardó en llegar y convocaron a un nuevo paro por al menos 48 horas para la semana próxima, en días a confirmar. Las precisiones serán dadas esta mañana.

“Vidal impone por decreto una modificación miserable que ya fue rechazada en paritaria por los sindicatos por significar un deterioro del salario docente”, remarcaron desde el Frente de Unidad Docente Bonaerense, e insistieron en que se “intenta convalidar autoritariamente una baja del salario docente con un decretazo”.

A su vez, el decreto fue interpretado como un granito más en la arena de la falta del diálogo, que se cortó el pasado 23 de agosto, tras la última reunión oficial para debatir sobre salarios, mejoras en la infraestructura escolar y condiciones de trabajo.

De hecho el miércoles, con el objetivo de tender puentes con el Gobierno, los maestros se reunieron con el presidente de la Pastoral Social, el obispo Jorge Lugones, para que medie en el conflicto docente.

Ahora bien, esta es apenas una secuencia de la película: la de un Estado que proclama paritarias libres que no cumple y que el sector privado tampoco puede garantizar.

A saber: salvo entidades financieras o bancos (los grandes ganadores de este modelo), o gremios con poder de fuego como Camioneros, la realidad es que la situación crítica de las PyMes las imposibilita a dar aumentos: los salarios se congelan o, en otros casos, para no avanzar con despidos los sueldos se bajan, se hiere de muerte la capacidad adquisitiva de los trabajadores, y se los coloca por debajo de la línea de la pobreza.

Con un mercado interno cada vez más chico y la recesión avanzando, mientras las tasas de interés del país se elevan al 73% (siendo las más altas del mundo) y la carga tributaria supera el 70%, los recursos de las pequeñas y medianas empresas para mejorar las condiciones laborales de sus empleados escasean.

Entonces, Gobierno y gremios con poder convalidan la mentira de unas paritarias libres que las PyMes no pueden garantizar y que el Estado no respeta.

Ahí están los docentes con sus salarios de miseria y sus paritarias techadas, espejo de una realidad en la que también se reconocen policías, médicos, trabajadores en general.