López, el kirchnerismo y el juego del Gran Bonete

La detención del exsecretario de Obras Públicas dejó en evidencia la red de contactos que lo sustentó en el poder por más de una década. Las conexiones políticas de la mano derecha de Julio de Vido que amenazan con explotar el mundo K 

Una de las características principales del kirchnerismo a lo largo de su década en el poder fue la negación de la realidad a la hora de explicar los problemas de gestión, como si se tratara de una repetición permanente del juego del Gran Bonete, en  la que nadie se hace cargo de la corrupción oficial. 

El caso del exsecretario de Obras Públicas, José López, quien enterró casi 9 millones de dólares en el monasterio de General Rodríguez, avivó las fisuras al interior del espacio kirchnerista, el cual salió inmediatamente a despegarse del exnúmero dos de Julio De Vido alegando sentir “tristeza”, “bronca” e “indignación” por las acciones del exfuncionario K. 

    La propia Cristina Kirchner se desligó de López al sostener que “el dinero que el ingeniero tenía en su poder se lo dio alguien. Y no fui yo. Ni ninguno de los miles de militantes que integran este espacio político”, pero nada dijo sobre la vista gorda que se hizo por parte de los organismos de contralor que debían regular al exfuncionario, y que nada hicieron para frenar la corrupción estructural durante su gobierno.

    No solo la exjefa de Estado y De Vido mantenían una estrecha relación con López, sino que numerosos gobernadores, intendentes, empresarios y dirigentes sociales y políticos tuvieron una cercana intimidad que ahora intentan negar para sobrevivir políticamente.

    La obra pública y sus millones fueron el inmenso poder que manejó el exsecretario de la mencionada cartera durante más de 12 años, con los cuales doblegó a más de un dirigente. Así, su implicancia política (que ahora todos niegan) resultó central durante el gobierno K.

El despegue de los intendentes

Son muchos los intendentes bonaerenses que, cuando fue detenido José López, sintieron tambalear su 

poder político. La extensa relación que une a muchos de ellos con el ahora exfuncionario preso viene de larga data, y se mantuvo con firmeza durante los doce años de gobierno K.

El más complicado es el mandamás de Berazategui Juan Patricio Mussi quien, por su cercanía con De Vido, recibió en innumerable cantidad de ocasiones a López para tramitar contratos de obra pública y de esta forma posicionarse como posible reemplazante de Daniel Scioli en el sillón de Dardo Rocha.

Pero no solo Mussi tuvo una fraternal llegada a López, sino que el grupo de jefes comunales cercanos al exministro de Planificación Federal, alineados en el grupo Oktubres, quedaron muy pegados al exsecretario de Obras Públicas.

De allí que Francisco Echarren (Castelli), Francisco Durañona (San Antonio de Areco), Hernán Yzurieta (Punta Indio), Eduardo “Bali” Bucca (Bolívar) y Santiago Maggiotti (Navarro) temen que sus relaciones y fotos con López salgan a la luz y queden involucrados en el escándalo de corrupción.

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