Los favores de Echegaray a Mallo
Gracias al extitular de la AFIP, la hija del barrabrava K consiguió un puesto en la Aduana. Además, a través de ese organismo, el exfuncionario habría facilitado el ingreso de la efedrina al país. Los vínculos narcos que lo rodean
Mariela Gisele Beatriz Mallo tiene 27 años y trabaja desde el 19 de noviembre de 2010 como operadora de scanner en una dependencia de la Aduana de Buenos Aires. La hija del detenido barra brava K, Marcelo Mallo, llegó hasta allí gracias a las puertas que le abrió Ricardo Echegaray, quien ingresó al organismo en 1996, cuando conoció a Néstor y Cristina Kirchner en Río Gallegos.
Al parecer, el nombramiento de la heredera del puntero anibalista de Quilmes en ese organismo, el mejor pago del Estado, fue por intermedio de otro dirigente de esa localidad del Conurbano, Julio Cesar Nieto, exasesor de Echegaray. Gracias a él, el exrecaudador habría establecido lazos con Mallo y otros barras quilmeños.
Pero estos no son los primeros vínculos entre el multidenunciado extitular de la AFIP y el narcotráfico. Esta semana, el presunto autor intelectual del Triple Crimen de General Rodríguez, Ibar Pérez Corradi, volvió a Comodoro Py y, en una declaración de poco más de siete horas ante la jueza federal María Romilda Servini de Cubría, implicó de lleno al suspendido auditor general de la Nación en el entramado mafioso de la efedrina: “Echegaray sabía de la efedrina, no se puede hacer el distraído ante lo que sucedió. Él condujo la Aduana por años y sabe muy bien todo lo que pasaba, es imposible que mire para otro lado ahora”, sentenció.
Vale recordar que durante su etapa al frente de la Aduana, creció enormemente el contrabando y exportación de efedrina, insumo básico que se utiliza para la producción ilegal de drogas sintéticas.
Es su peso en aquella dependencia estatal lo que le permitió a la joven hija de Mallo abrirse camino en el mundo laboral, en una trama de nombres turbios que confluyen en la Aduana y en el cuestionado Echegaray.