María Eugenia, si no podés, renunciá

Por M.R.CH. V. de B.

Anoche, a última hora del feriado apareciste en uno de los canales adictos a tu Presidente, ante cámaras de alta definición que no perdonan. Se te vio con el rostro desencajado, muy estresada, como vencida y esa fue la única verdad que se vio en pantalla. El resto, fue una seguidilla de mentiras, tratando de explicar lo inexplicable, de pretender que maestros, médicos y bonaerenses en general acepten silenciosamente cobrar un salario por debajo de la línea de la pobreza. Porque vos, según dijiste, no sos responsable de la situación socio-económica actual. 

Pero lo sos, y sino tenés la capacidad para solucionarla, deberías irte, renunciar. Nadie te ata a tu silla, m’hija.

Sos responsable, porque prometiste pobreza y desocupación 0, pero los pobres y los desocupados se multiplican.

Sos responsable porque desembarcaste en la Provincia luego de ocho años en los que, junto al Presidente, gobernaste la capital del país, a metros de la villa 1-11-14, viendo crecer la droga y la miseria; siendo testigo y cómplice de la corruptela de los años kirchneristas; unidos por un espanto que al asumir te impidió denunciar lo que durante tanto tiempo publicamos desde estas páginas

Sos responsable por la ausencia del Estado, de la que hablaste ayer, como delante de un espejo: hoy, como antes, los hospitales y los colegios son bombas a punto de estallar para médicos y pacientes; maestros y alumnos. “La corrupción mata”, dijiste, e hiciste bien en hablar en presente: la vicerrectora Sandra Calamano y el auxiliar Rubén Rodríguez, muertos tras la explosión en la escuela de Moreno, son víctimas de esa corrupción.