El prófugo más temido de los K podría entregarse

Pérez Corradi analiza si prende o no el ventilador

El acusado de ser el autor intelectual del triple crimen de General Rodríguez, despierta el temor K ante la posibilidad de que se entregue y declare ante la Justicia. La amenaza que puede llevar al fin de la carrera de los principales dirigentes kirchneristas

La captura de Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci, condenados por el triple crimen de General Rodríguez, llevó a que el gobierno de la provincia de Buenos Aires incrementara la recompensa para dar con el autor intelectual de esa masacre, el empresario Ibar Pérez Corradi, prófugo de la Justicia desde hace 45 meses.

Ante la evidencia de que todas las fuerzas federales y provinciales están sobre su pista, el fugitivo dio orden a sus abogados Carlos Broitman y Juan José Ribelli, de comenzar a negociar una entrega con autoridades judiciales y políticas, despertando de esa manera un creciente temor en el kirchnerismo por la información que este personaje puede llegar a divulgar ante los estrados judiciales.

Su cercanía política con Aníbal “La Morsa” Fernández es la principal causante de preocupación en el universo K, aunque son crecientes los vínculos que Pérez Corradi mantuvo a lo largo de los años  con otros nombres del pasado gobierno, como el actual mandamás de la Auditoria General de la Nación (AGN), Ricardo Echegaray; Alberto Costa, ex viceministro de Salud de Daniel Scioli, y que puede tocar incluso a la propia Cristina Kirchner por haber sido el prófugo uno de los aportantes a su campaña electoral del año 2007.

A todos ellos hay que sumarle la íntima relación que el condenado tuvo con Andrés Meiszner, ex titular del Registro Nacional de Armas (Renar), hijo de José Luis Meiszner, mano derecha del ex jefe de Gabinete K y que actualmente está imputado en los graves delitos de corrupción en la FIFA.

Que Ribelli sea el abogado de Pérez Corradi llama la atención, más porque el letrado es un ex comisario involucrado en el atentado a la AMIA, y que hace unos meses atrás quedó en evidencia por haber apoyado económicamente la campaña presidencial de Daniel Scioli para las PASO.
Pedido de garantías
En su esperanza de poder “zafar” del accionar de la Justicia, Pérez Corradi está negociando con la Justicia y representantes del poder político su entrega, teniendo como arma central para mejorar su situación procesal el contar todo lo que sabe sobre la mafia de la efedrina, tema candente que pone sobre las cuerdas a la administración kirchnerista.

Sus abogados defensores pasaron ayer por Tribunales y el Ministerio de Seguridad, en donde solicitaron “las garantías necesarias para que pueda estar a derecho. Lo único que pedimos es que se respeten las garantías constitucionales, ahora esperamos una respuesta”.

Broitman y Ribelli dijeron que Pérez Corradi "tiene pruebas de su inocencia" en la causa del triple crimen de General Rodríguez y que "hay que dejar que se defienda, que no haya influencia a los testigos, ni de un lado ni del otro".

En este sentido, sostuvieron que hace cuatro años su defendido decidió fugarse porque "consideró que no se daban las condiciones en los Tribunales de Mercedes, que eran parciales en esa investigación, y que iba a ser un chivo expiatorio".

La declaración que desvela a La Morsa

A lo largo del juicio oral por el triple crimen de General Rodríguez, se mencionó a un personaje oscuro que manejaba los hilos desde las sombras conocido por el apodo de “La Morsa”, y según Martín Lanatta, el prófugo recapturado el pasado fin de semana, esa persona era el exjefe de Gabinete K, Aníbal Fernández.

En la declaración que prestó el acusado ante la jueza federal María Servini de Cubría a mediados del año pasado, Lanatta ratificó toda la relación que lo unió a La Morsa. “Empecé con el tema de las portaciones Vip en el Renar, donde cobraba 3.500 dólares cada una de ellas. Andrés Meiszner (entonces su titular) recaudaba para Aníbal, y yo recaudaba para Andrés, así que Aníbal sabía que yo estaba trabajando”, afirmó.

En ese sentido, continuó: “La vinculación con Sebastián Forza se inició a través del Renar, y por su medio tomé conocimiento del negocio de la efedrina, ya que él estaba viendo la forma de sacarla a México, y cuando tuvo problemas con la Policía me preguntó si conocía a alguien que pudiera sacarlo de ese problema”.

Según Lanatta, “yo hablo con Andrés Meiszner para que hable con Aníbal, nos juntamos y entonces él me dice que tiene que poner 250.000 dólares para sentarse a hablar con él, sino que ni se molestara”.

Y sigue contando cómo Lanatta se reúne con Forza y le dice “nene, vamos a poner el caballo adelante del carro, porque vos muchas luces no tenés, no te metas en nada porque vos vas a terminar mal’”.

Además, señaló que “el negocio de la efedrina se lo termina quedando Aníbal con la gente de Inteligencia. Forza llegó a ser un estorbo, porque los clientes que tenía, no llegaban al nivel de un cartel de México como para poder hacerlo”.

Para meter más en el barro a La Morsa, afirmó que ahí aparecen dos mexicanos involucrados: “Rodríguez Morán que recibía la mercadería y Carlos Agustín Ahumada, que era otro mexicano que vivía en la calle Riobamba de Capital Federal”.

En la parte final, Lanatta sostuvo que él fue con un oficial de Inteligencia que trabajaba para el ex jefe de Gabinete “a retirar bolsos de dinero, una vez retiré dos millones de dólares, y otra vez tres millones doscientos mil dólares. En las dos oportunidades fuimos desde ese domicilio al domicilio de Aníbal en la calle Solís a dejarlos”. Una bomba caliente que impacta de lleno en lo más duro del kirchnerismo.