Quilmes: trocadores se ganan la vida y bajan las emociones negativas (parte 3)

Rubén Ravera, cofundador de la Red Global del Trueque, atendió a diariohoy.net en su hogar  de Bernal, partido de Quilmes, para contar sus experiencias en esta “economía de escala humana”, tal la definió. Es que según el trocador “las ganancias no solo puede medirse en términos materiales, hay una variable emocional, porque las tembladeras económicas provocan angustia y ansiedad, y el club es un vínculo que baja estas emociones negativas" y confirmó que "el interés de la gente se multiplicó en los últimos cuatro meses".

En el repaso se evocan la década del ‘90 cuando hubo un boom inicial del Trueque, y después vino el estallido de 2001 con los primeros registros “oficiales” de la actividad gracias a la citada Red: hubo 2.200.000 habitantes a mayo de 2012, es decir, el 7% de la población del país y más del 12% de la económicamente activa. El entrevistado afirmó que en la actualidad mantienen contactos con varias provincias: Mendoza, Córdoba y Santa Fe, donde la realidad pega duro.

"Si antes había 10 llamados por día, ahora estamos recibiendo 100. Son consultas que recibimos pero no puedo aseverar en el terreno de la práctica si se transforman en trueques”, manifestó quien pasó a tener un trabajo aparte con las capacitaciones especializadas.

"Se ideó como una actividad complementaria"

Ravera es quien abrió el primero en el GBA, y el 1º de mayo de 1995 quedó instaurada como la fecha de fundación de la Red Global. “Eran momentos como el actual donde hay un impacto de la inflación y de la desocupación, aumentan los Clubes del trueque, pero no fueron concebidos con esa visión, sino que nace como una manifestación de sectores de la clase media. Insisto, no fue dirigida a desempleados, sino que se ideó como una actividad complementaria de la regular que cumple esa persona todos los días para evitar el deterioro de su bolsillo y mejorar su calidad de vida.


“Una persona cree que depende de la profesión o de la tarea que cumple habitualmente, pero si es expulsado, en un Club del Truque puede recurrir a algo que nunca puso a prueba para recibir a cambio una compensación. Es conservar lo que tenemos y que a veces la sociedad de consumo tira y convierte en basura, aspirando a que se aprovechen todos los recursos”, resumió el sentido esencial de esta práctica. Las variantes son de las más famosas (hacer tortas, arreglar electrodomésticos, hasta las artísticas como hacer barriletes u ofrecer sus destrezas teatrales o musicales a cambio de otro servicio o producto.

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