Ruta del dinero K: 30 millones de dólares en EE.UU vinculados a Báez

Luego de la divulgación de los videos de la financiera “La Rosadita”, donde aparece Martín Báez, hijo de Lázaro, contando dólares de a millones, la investigación de la llamada “Ruta del dinero K” se destapó. Ahora una nueva pista complica al empresario santacruceño. Según fuentes judiciales, unos 30 millones de dólares vinculados al entorno de Báez fueron descubiertos en Estados Unidos. El juez federal Sebastián Casanello citó a nuevas indagatorias a los financistas Federico Elaskar y Leonardo Fariña, involucrados en este entramado.

Los fondos habrían sido enviados desde Argentina o Uruguay por varias de las 148 empresas administradas por Helvetic en Las Vegas e investigadas por Casanello y el fiscal federal Guillermo Marijuán. Helvetic constituyó la empresa Sernorte, que fue la compradora de “La Rosadita”. Además, varias de las operaciones las ordenaron empresas de Ernesto Clarens, el primer financista de Báez y del ex presidente Néstor Kirchner.

Sernorte compró la financiera SGI “La Rosadita” a Elaskar a mediados del 2011. El video que reveló Telenoche corresponde a fines del 2012, cuando ya era propiedad de Sernorte y la manejaba el contador de Báez, Daniel Pérez Gadín. Los 99 movimientos financieros por estos nuevos 30 millones de dólares están en la causa que abrieron los fondos buitre contra Báez en Las Vegas, por un fallo que permitía buscar bienes del Estado argentino en Estados Unidos.

El informe señala que a pedido de Helvetic se crearon en Las Vegas once empresas fantasma. El juez Casanello, que convocó a declarar para abril a Martín Báez, Pérez Gadín y su hijo, el financista Fabián Rossi, y ahora a Elaskar y Fariña, deberá averiguar para qué el empresario santacruceño constituyó estas sociedades en el exterior, junto con el origen y el destino de los fondos transferidos.

El diario Hoy viene denunciando desde 2013 que los graves hechos de corrupción que ocurrieron durante la era kirchnerista no se podrían haber concretado sin la abierta complicidad de la conducción de la AFIP, siendo Ricardo Echegaray uno de los principales garantes de la impunidad K. Insólitamente, en lugar de estar en el banquillo de los acusados, este personaje nefasto ahora se encuentra al frente de la Auditoría General de la Nación (AGN), un organismo de contralor que tiene que revisar la gestión de los exfuncionarios que el propio Echegaray encubrió.

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