Derrame de cianuro

San Juan: denuncian cáncer por contaminación K

Tras el derrame de cianuro provocado por la empresa Barrick Gold en el departamento de Jáchal, recrudecen las demandas contra funcionarios nacionales y provinciales.   Según pudo saber Hoy, se hizo una presentación para reactivar una investigación judicial en Capital Federal. Denuncian proliferación de casos de cáncer de tiroides

"No usen el agua. No la tomen ni se bañen”. Los mensajes de texto y las llamadas interrumpieron, el domingo, la tranquila noche de los vecinos de Sán José de Jáchal, una localidad ubicada en el centro norte de la provincia de San Juan. “La mina derramó cianuro”, confirmó alguien. Tal como lo viene informando Hoy, en momentos en que factores de poder buscan sienciar el tema, las voces preocupadas llegaban de la mina Veladero, en el departamento Iglesia, a 200 kilómetros de Jáchal y donde, desde hace una década, la empresa Barrick Gold extrae minerales como oro y plata a cielo abierto.

Entonces, fueron los propios trabajadores mineros quienes advirtieron el derrame de “más de 15 mil litros de cianuro” producto de la rotura de una cañería, y la alarma se encendió por la posible contaminación de los ríos Blanco y Jáchal, que abastecen de agua a parte de San Juan. Ante la evidencia, y tras horas de silencio y ocultamiento (en las que, incluso, se dijo que se podía tomar “un agua sin que pase nada”-, el gobierno provincial que comanda el kirchnerista José Luis Gioja debió admitir lo provocado por una de las empresas mineras predilectas de la presidenta Cristina Kirchner,  que profundiza la entrega de los recursos naturales del país a distintas multinacionales. Aunque en ello vaya la vida de los pobladores.

“El agua vale más que el oro”, recuerda a Hoy Rodolfo Rucker, quie viene denunciando los negociados mineros desde 2005. Ahora, tras lo ocurrido en Jachal, se presentó en los Tribunales de Comodoro Py de Capital Federal para que se reabra la causa 450/2010 por los nuevos hechos relacionados con el derrame de cianuro y mercurio.

Rucker remarcó que en “esa causa nosotros ya presentamos 6000 firmas de habitantes adultos de Jachal pidiendo que no se utilice el cianuro por la contaminación que iba a producir.  Hicimos un relevamiento  preguntando si tenían algún familiar con cáncer y en el 80% de los casos respondieron que ‘sí’. Hay muchísimas personas con cáncer de tiroides, que se produce por radiación; al hacer las voladuras en el aire, queda el uranio, que es lo que los mata”.

Hoy la mayor parte de las familias de Jachal tiene algún miembro con cáncer por contaminación. La investigación está a cargo del fiscal Guillermo Marijuan.

Una asesina invisible

La contaminación, en la mayoría de los casos, es invisible a los ojos. No existe si no trasciende a los medios, si no la detectan los lugareños. Se oculta, se calla, se archiva y se guarda. Es una regla ineludible del manual K que Rucker intentó sortear a través de distintas demandas por “contrabando de minerales, evasión fiscal y homicidio por contaminación”, y apuntó contra Cristina, el expresidente, Néstor Kirchner, el secretario de Minería, Jorge Mayoral, y el gobernador Gioja.
Antes del desembarco de la multinacional canadiense, la vida era completamente saludable en esta región del norte argentino, afirman los especialistas. San Juan, aventuran, se divide en ‘antes de la Barrick Gold’ y ‘después de la Barrick Gold’.  Ocurre que los principales recursos de la provincia y el bienestar de sus habitantes fueron expoliados en beneficio del capital extranjero.  “Me da pena por esta gente –dice ahora Rucker-; porque les vendieron mentiras durante 10 años, les prometieron puestos de trabajo y son muy pocos sanjuaninos los que laburan en Veladero. Ellos se llevan el oro, se llenan los bolsillos junto a los gobernantes, pero a la gente le quitan el agua y, encima, la contaminan”.

“En el siglo XV fue Cristobal Colón, y en el siglo XXI, estas empresas, bendecidas por los K, son las nuevas colonizadoras”, lamentan hoy los sanjuaninos y esperan que los próximos gobiernos detengan el saqueo. Porque Veladero, con una vida útil de 14 años, expiraría el año que viene; pero la Barrick Gold ya amenaza con ir por el uranio.  Ojalá, el futuro sea un lugar limpio, en el que se purifiquen las aguas de una Argentina literalmente contaminada.

La versión de la empresa

La Barrick Gold relativizó el tema y ayer detalló que se vertieron “224 metros cúbicos (equivale a 224 mil litros) de solución cianurada” en el derrame registrado el domingo. Lo hizo en un informe preliminar entregado al ministerio de Minería de San Juan.

Una delegación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) se encuentra en San Juan para realizar una inspección, mientras que abogados ambientalistas realizaron una denuncia penal contra funcionarios nacionales, provinciales y la empresa minera. Esta acción, sumado a los reclamos de los vecinos, llevó a que la Justicia obligara a suspender las actividades mineras por cinco días.

“Las autoridades aún no dieron explicaciones”

Gisela Muñoz, integrante a la Asamblea Jáchal no se toca, es contundente: “Cada dos familias, hay una persona con cáncer en Jáchal; hay una relación muy directa con la explotación minera, porque cuando empezó a trabajar la Barrick Gold, en menos de dos años murió mucha gente”.

Por esto, la ambientalista apuntó contra “el gobernador K Gioja, que no se presentó, no dio explicaciones acerca de lo ocurrido, minimizó la situación y dijo que no había contaminación, sin mostrar pruebas. Pero acá hay un delito federal, vamos a iniciar acciones legales contra el Estado, por no controlar a la empresa, y contra la minera, porque derramaron sustancias tóxicas”, le contó a Hoy.

Según explicó, reclamaron que se hagan estudios de metales pesados y “todo lo que esté expuesto a la explotación minera; sobre todo al Río Jáchal, porque se usa para el regadío de la agricultura y el ganado”.

Por su parte, Débora Gómez, de la Asamblea Sanjuanina contra la Contaminación, afirmó a nuestro diario que en la capital provincial también la pasan mal, pero “Iglesia y Jáchal son las dos ciudades que más sufren esta situación, ya que son los departamentos más cercanos a la mina, se llenan de polvillo y otras cuestiones que afectan gravemente las vías respiratorias de las personas”.