Scioli y los barrabravas: una relación en la mira
El gobierno bonaerense anunció que enviarán datos sobre hinchas con antecedentes a Brasil. Es una cortina de humo: el registro de barras no existe, el derecho de admisión es una farsa y los violentos tienen absoluta impunidad en los clubes. Los casos de Gimnasia y Estudiantes
Si hay algo que apasiona al gobernador Daniel Scioli es el deporte. Tuvo una importante carrera como motonauta, que comenzó a fines de los ´80 y se extendió hasta el accidente que le hizo perder el antebrazo derecho. Actualmente despunta el vicio con picaditos realizados casi todos los fines de semanas –junto a personajes de la farándula, del futbol y de la política- en su residencia del Tigre, conocida como Villa La Ñata.
Ahora bien, una cosa es la práctica deportiva, y otra muy distinta son los negocios y los intereses que se mueven en torno al fútbol profesional, donde el gobierno sciolista nunca sacó los pies del plato. De hecho, siempre fue un estrecho aliado del inefable Julio Humberto Grondona, el mandamás de la AFA que comanda la entidad madre del fútbol argentino desde 1979 con un estilo propio de Vito Corleone.
La alianza
La alianza de Scioli y Grondona, que en pocas semanas se vería plasmada con el proyecto para legalizar las apuestas deportivas en la Provincia como lo anticipó Hoy, también existe en lo que respecta a la violencia en el fútbol. Así como muchos dirigentes protegen a los barras, porque son sus socios en la administración y en los negocios que se tejen alrededor de los clubes, desde el poder político casi siempre miran para otro lado ante este flagelo. Solo hacen algunos gestos, o pronuncian frases para la ocasión, luego de producirse incidentes graves que no en pocas ocasiones terminan con víctimas fatales.
Ayer, con bombos y platillos, el jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez y el Secretario de Deportes, Alejandro “Topo” Rodríguez, salieron a anunciar que por “decisión de Daniel Scioli se enviará a las autoridades de Brasil el registro de barras con causas judiciales abiertas por hechos de violencia en el fútbol. Y los datos de aquellos que tienen derecho de admisión en sus clubes para que las autoridades brasileras sepan a quienes no dejamos entrar a nuestros estadios”.
Llama poderosamente la atención que el gobierno provincial hablé de “un registro de barras”, algo que no existiría en la administración pública bonaerense. De hecho, varias iniciativas que se presentaron en la Legislatura en los últimos años como la impulsada por el exdiputado Walter Martello, que no solamente planteaba un registro de este tipo, sino también la necesidad de que se difundan públicamente los nombres de quienes son los responsables de la violencia en el fútbol, no avanzaron y fueron cajoneadas. No se conoce, hasta el momento, ni siquiera un nombre que forme parte del registro que supuestamente se le enviará a las autoridades del vecino país.
Sin control de admisión
Asimismo, el denominado derecho de admisión hace agua por todos lados. Nuestro diario pudo comprobar, tanto en la cancha de Gimnasia como en el Estadio Unico de La Plata, donde hace de local Estudiantes pero cuya administración depende del gobierno provincial, que los controles para evitar el ingreso de los violentos son prácticamente inexistentes.
Una muestra palmaria se dio luego de que Gimnasia fuera sancionado por los incidentes ocurridos durante el clásico con Estudiantes, donde un grupo de barras intentó ingresar al vestuario visitante. Ello motivó que la institución mens sana tuviera que jugar un partido sin hinchas y luego disputar algunos cotejos solamente con la asistencia de los socios. Ahora bien, cuando se permitió el regreso del público, ninguno de los responsables del operativo de seguridad tenía un listado respecto a que barras tenían vedado el acceso. Tampoco lo tenían en la comisaria. De hecho, el derecho de admisión se había limitado a los pocos más de 30 aprehendidos (la barra de Gimnasia, conocida como La 22, multiplica varias veces esa cantidad) durante los incidentes posteriores al clásico. Todos ellos, a partir de un acuerdo con la dirigencia del club, habían decidido pegar el faltazo hasta que se descomprimiera la situación. Así fue como, pocas semanas después, la sanción fue levantada, y los barras ahora tienen la libertad de siempre para ingresar o salir del estadio del bosque.
Scioli, en el último tiempo, ha estrechado lazos con la dirigencia tripera al punto que, la semana pasada, fue declarado “socio honorario” de la institución, al igual que su ministro de Justicia, Ricardo Casal.
Actualmente, el líder de La 22, Cristian "el volador" Camillieri, es una de las cabezas visibles de Hinchadas Unidas Argentinas. Se trata de un rejunte de barras de distintos clubes, que se conformó en la previa del Mundial de 2010, para meter presión en la dirigencia del fútbol y conseguir entradas y pasajes para ir a los partidos de la Selección. Ahora, se están organizando para ir a Brasil. ¿De dónde saldrá el dinero para los pasajes?. Es un ministerio. Mientras tanto, la AFIP estará “muy ocupada” tratado de cobrarles impuestos a los ciudadanos, que nada tienen que ver con la violencia deportiva, que irán a disfrutar del Mundial.
Difícilmente, alguno de estos personajes, forme parte del listado de Scioli. En definitiva, en la Provincia de Buenos Aires, del dicho al hecho existe un trecho cada vez más grande.
El polémico derecho de admisión en Estudiantes
El derecho de admisión que se aplica en Estudiantes también está bajo la lupa. Según pudo saber Hoy, hasta hace un año el listado lo conformaban 350 personas que, supuestamente, estaban ligadas con hechos violentos. Pero comenzaron a llover recursos judiciales presentados por estos individuos y, de la noche a la mañana, el listado se redujo a la mitad.
Así fue como se le permitió a Adrian Sossio, que conduce el sector más importante de la barra conocido como “Los Leales”, concurrir nuevamente al Estadio. Su ingreso estaba vedado debido a que había mantenido una pelea en la tribuna. A su vez, otro barra de Los Leales, Iván Tobar, cumple arresto domiciliario por el intento de asesinato.
Cabe destacar que, en los últimos años, varios barras de Estudiantes terminaron tras las rejas por distintos hechos delictivos. Algunos estuvieron involucrados en la llamado triple crimen de la planta transmisora y otros, como es el caso del expolicía Fabián Giannota, tuvo participación en el asesinato de un joven cometido en el boliche Alcatraz de Berisso, hecho por el cual fue condenado a 15 años de prisión.
