Se profundiza la crisis de los tamberos
Hace dos años que el Gobierno no actualiza el monto que los productores reciben por litro de leche. Pero sí permitió aumentos en el precio de góndola en un 71%. Se movilizan a Plaza de Mayo.
En los últimos diez años, muchas economías regionales del país quedaron al borde de la extinción. En el caso de los productores lecheros, la situación es alarmante. Las políticas del Gobierno nacional favorecen a un puñado de empresas, mientras los tamberos sufren el aumento constante de los costos que los llevan al cierre de los tambos.
“La situación de los productores es desastrosa. El Gobierno autorizó dos incrementos en el precio de la leche en góndola, pero se olvidó de los productores”, aseguró a Hoy Guillermo Giannasi, vicepresidente segundo de la Federación Agraria (FAA).
En ese sentido, explicó que “cobramos por el litro entre $ 1,40 y $ 1,45. Desde hace dos años el precio no se modifica y el problema es que los costos están muy por encima”. El directivo de FAA indicó luego que desde 2010 a la fecha los costos de producción subieron entre “un 50% y un 70%”, refiriéndose al precio de los granos, maíz y gasoil, necesarios para la industria tambera.
Esta situación se agudizó en los últimos dos años, pero en realidad, si se toman en cuenta los dos períodos de gobierno kirchnerista, se registra un descenso de la producción lechera sin antecedentes. “Lamentablemente, el país ha perdido el 40% de los tambos en los últimos diez años. Esto implicó que se redujeran en ese tiempo de 40.000 a 10.000 la cantidad de productores”.
Falta de respuestas
Hace dos meses los tamberos realizaron varias protestas y obtuvieron el “compromiso” del Gobierno de evaluar un aumento del precio pagado a los productores, previa realización de una relevamiento de la cadena producción, los costos y rentabilidades. Hasta el momento no hubo respuesta y la situación se vuelve cada vez peor, ya que los costos no dejan de incrementarse.
“Hicimos protestas con bloqueos a las industrias, pero no hubo respuesta. El Gobierno dice que está haciendo estudio de la cadena de competitividad”, dijo Giannasi.
Los tamberos estarían analizando ahora una movilización a Plaza de Mayo, donde regalarían leche como medida de protesta. “Hoy los productores tenemos que estar cobrando $ 2 el litro de leche, sin que esto signifique el incremento en la góndola. Con lo que hoy paga un consumidor por un producto lácteo, los tamberos tendríamos que cobrar $ 2 y que no pase como pasó con la yerba, que les aumentaron a los productores y después produjeron grandes incrementos en las góndolas”.
Beneficio para pocos
El Gobierno autorizó este año dos aumentos en el precio de la leche en góndola, que benefician a quienes acaparan el 78% de la producción láctea: La Serenísima y Sancor (ver aparte). Así, el precio del sachet de leche subió entre octubre de 2011 y el mismo mes de 2012 un 71% (pasó de $ 3,95 a $ 6,79), mientras que el valor que reciben los productores no se incrementó ni un centavo.
Tanto en la provincia de Buenos Aires como en Santa Fe y Entre Ríos, los tamberos prevén nuevas protestas ante esta situación acuciante. El Gobierno, por el momento, prefiere hacer oídos sordos y beneficiar a unos pocos empresarios.
La brecha de precios supera el 300%
La Secretaría de Comercio Interior, conducida por el polémico Guillermo Moreno, le permitió a la industria láctea aumentar los precios del sachet de leche dos veces este año. El resultado es que la distancia entre el precio pagado al productor y el que paga el cliente en la góndola supera el 300%.
En el caso de otros productos lácteos, como el queso o la manteca, los valores también superan el 250% con respecto al valor pagado al tambero.
La alianza entre el kirchnerismo y las grandes empresas
La Serenísima y Sancor son las dos compañías que manejan el 78% de la producción láctea en el país, logrando el visto bueno de la Secretaría de Comercio de la Nación para realizar constantes incrementos en los valores de sus productos. De hecho, y según un informe de la Sociedad Rural Argentina, desde 2008 el precio al consumidor se disparó un 163%.
A partir de 2001, ambas empresas debieron afrontar importantes crisis financieras, que sólo pudieron sortear con la ayuda del kirchnerismo. En 2007, Sancor mostraba un patrimonio neto negativo de $ 130 millones, que pudo superar gracias a las subas de los precios de sus principales productos. En el caso de la manteca (controla el 42% de la producción de dicho producto en el mercado local), los aumentos en los últimos cinco años superan el 40%.
Por su parte, la familia Mastellone, dueña de La Serenísima, pudo levantar en 2010 una deuda de $ 180 millones. En paralelo, impulsó fuertes incrementos en los costos de venta de sus principales comestibles. Asimismo, hace dos años había aplicado sobre el mismo producto una actualización del 29% de su valor. Pese a exigir actualizaciones constantes de los precios, aduciendo problemas económicos, lo cierto es que la misma empresa reconoce en su página web que posee “una facturación anual de $ 6.150 millones”.