Tandil: intentar frenar la ola de graffitis que daña el patrimonio edilicio
Con la intención de atender un reclamo de muchos ciudadanos, un consejal de Tandil presentará una normativa para abordar definitivamente el tema de los graffitis callejeros, que ha despertado a la mayoría de los integrantes del gobierno de aquella ciudad, que creen insignificante el tema pero cuyo resultado está a la vista: daño patromonial (el histórico, el privado y el público, el comercial y el domiciliario).
Casi en soledad, el edil Claudio Ersinger se puso en la tarea de responder las inquietudes de los vecinos. Su ordenanza apunta a la restricción y registro en la venta de aerosoles, y a la concientización desde las escuelas sobre el perjuicio que conlleva para el patrimonio local los graffitis que se realizan en el centro y la periferia tandilense.
“Se debe entender que esto es un daño contra la propiedad privada”, insiste Ersinger, para quien lo importante es “prevenir, concientizar”, y en los casos en los que se estropean frentes, encontrar a los responsables “para que reparen los daños”.
Ayer, dos grupos de personas fueron detectadas realizando pintadas en los frentes de edificios públicos e interceptadas por los móviles municipales, interconectados con el Centro Municipal de Monitoreo.
Allí se realizó el acta correspondiente, la identificación de las personas y se recolectó el envase de pintura utilizado. Las actuaciones fueron giradas a la Secretaría Legal y Técnica para que determine los pasos a seguir y notifique a la Universidad, a la Justicia y a las familias de los menores.