Un subsidio para una institución bajo sospecha

El Gobierno invertirá $16 millones en el Hospital Español, investigado por la Justicia platense

Durante la gigantesca puesta en escena montada ayer en el Colegio Nacional, la presidenta Cristina Fernández anunció la entrega de subsidios por más de $16 millones para la restauración del edificio del Hospital Español y la compra de aparatos último modelo, para reemplazar los que quedaron destruidos tras la inundación del 2 de abril.

De esta forma, mientras buena parte de los 77 hospitales públicos bonaerenses se caen a pedazos por falta de mantenimiento  (ver aparte), el Gobierno decide otorgarle una suma millonaria a una institución privada, que además está sospechada de haber ocultado las causas reales del fallecimiento de al menos una persona.

El fiscal Jorge Paolini investiga la denuncia penal realizada por Elaine Girardelli Pacheco, cuyo esposo Guillermo Alejandro Piombino, padecía EPOC y estaba internado en el Hospital Español previo a la inundación del 2 de abril.

Piombino estaba entubado y conectado a un respirador artificial. El 3 de abril su esposa fue a verlo pero se encontró con la noticia de que había fallecido, cuestión que la sorprendió ya que su salud venía mejorando. Ninguna autoridad del Hospital Español vinculó la muerte a la inundación, pero Girardelli Pacheco sospecha por información pudo obtener, que al haberse inundado el subsuelo, donde se encontraba el grupo electrógeno, éste habría dejado de funcionar y por lo tanto los aparatos de terapia intensiva también.

La Justicia investiga ahora el caso y por lo tanto la responsabilidad de las autoridades del Hospital, al que ahora benefició con refacciones de las que no gozó ninguna institución pública de este tipo.

Destino de los recursos
Es paradójico que el Gobierno destine recursos millonarios a un nosocomio que no atiende a quien no puede abonar la consulta o no posee obra social, en vez de derivarlos al lugar más cercano para recibir atención de forma gratuita: el Hospital Rossi. Esta institución en estos momentos está en un estado calamitoso: las ambulancias ni siquiera tienen camillas.

Un paciente discapacitado, que sufre de diabetes aguda (le amputaron una pierna por esa razón), le dijo a Hoy que el lunes le tuvieron que dar varios puntos de sutura porque se subió a una de estas ambulancias y cuando frenó, como no estaba en una camilla, casi se rompe la cabeza contra un costado del vehículo.

Miente, que algo quedará

En su cuarta visita a la ciudad tras la inundación, la presidenta Cristina Fernández volvió a insistir en que el Estado estuvo presente “desde el primer minuto” tras el desastre vivido el 2 abril. A esta altura, pareciera que la estrategia es repetir la mentira para que se instale como verdad.

Sin embargo, nuestro diario ha dado cuenta de las enormes falencias en la atención a las víctimas de la inundación, que estuvieron en situaciones desesperantes, y numerosos vecinos aún continúan aún sin haber recibido subsidios ni materiales para reparar sus viviendas, razón por la cual continúan las protestas.

El Gobierno sigue destruyendo la salud pública

“Nos da mucha bronca que le den el subsidio a un hospital que tiene cómo autoabastecerse y no a un hospital público que no tiene nada”, señaló a Hoy la secretaria gremial de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (CICOP), María Teresa Sosa.

“Por el estado en el que están los hospitales públicos en la Provincia de Buenos Aires, la verdad, es increíble que el subsidio sea entregado a un Hospital privado, que sin obra social no te atiende”, agregó.

Además, explicó que “la obra pública en los Hospitales bonaerenses está parada hace un año aproximadamente, y con una falta de mantenimiento que viene de hace años. Hay casos como por ejemplo, el Hospital Lucio Meléndez de Adrogué, que se cae a pedazos; o el Hospital Interzonal de Agudos Eva Perón de San Martín, donde la guardia está parada desde hace un año”

“El Hospital de Niños de La Plata está absolutamente destruido por zonas, con falta de mantenimiento por todos lados”, aseguró Sosa sobre la institución en la cual se cerró la Sala de Quemados.

“El Hospital San Martín hace veinte días fue el Ministro Collia y aparentemente ni se enteró de que los ascensores no andan, tienen que suspender internaciones porque no tienen cómo subir y bajar a los pacientes en clínica médica. Los ascensores siguen sin andar, no se solucionó nada”, detalló la dirigente gremial.

Cerró con la frase más desafortunada

Para cerrar el acto la presidenta Cristina Fernández eligió una reflexión absolutamente desafortunada, sobre todo para esta ciudad. Aseguró: “Miedo era lo que teníamos nosotros en 1976. Ese miedo que tenés en la boca del estómago y que no te deja pensar. Era el miedo a desaparecer. Hoy, afortunadamente, nadie puede desaparecer de ningún lado”.

La frase desconoce que hace siete años que Jorge Julio López, ciudadano y militante platense, permanece desaparecido tras haber declarado en el juicio al represor Miguel Etchecolatz. A su vez, desconoce que en los últimos diez años se acumulan 78 desapariciones vinculadas al accionar del aparato policial e institucional estatal.

No sólo es la infraestructura

Marité Sosa, dirigente de la Asociación de Profesionales de la Salud (CICOP) aseguró a Hoy: “El problema en los Hospitales bonaerenses no es sólo la infraestructura. Pasa que se rompen los aparatos y pasan meses y meses para que los arreglen. Conseguir una tomografía o una resonancia en un hospital público en la Provincia te puede llevar un año”.

“Nosotros cuando paramos estamos exigiendo una mejora salarial, pero también estamos exigiendo mejores condiciones de trabajo donde se incluyen todas estas cosas”, señaló Sosa haciendo alusión a la medida de fuerza que impulsan desde ayer en los 77 Hospitales bonaerenses, que se extenderá por 96 horas.

Críticas a los dichos de Cristina

“Las afirmaciones de la Presidenta en La Plata diciendo que 'Acá nadie puede desaparecer. Estamos todos vivitos y coleando', son una verdadera provocación en la misma ciudad donde desapareció Jorge Julio López”, explicó en un comunicado la abogada del Centro por los Derechos Humanos, Miriam Bregman (foto).

“Cristina nunca mencionó públicamente a López, lo que contribuye al encubrimiento oficial de este crimen totalmente impune. Nuestro compañero Jorge Julio López no puede estar 'vivito y coleando, cantando consignas' como lo hace la Presidenta”, insistió.

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