Aumentó un 115% las transacciones de dólares y Letras

Ventas a futuro, la deuda oculta del macrismo

El Gobierno apuesta en mercados de futuros para conseguir capitales que financien su programa económico. El crecimiento del endeudamiento especulativo que pone a la Argentina contra las cuerdas. Los peligros de la apuesta oficial de fomentar la bicicleta financiera

Uno de los actos que más criticó el macrismo en épocas de la campaña electoral en el año 2015 fue el sistema de venta de dólar futuro que se había hecho bajo el gobierno anterior, prometiendo que iban a dar de baja esos contratos ni bien llegaran al poder. 

La realidad muestra que en vez de instrumentar mecanismos para acabar con esa clase de dispositivos, el gobierno de Cambiemos se ha aprovechado de los mismos para conseguir financiamiento para su programa económico.

Según datos publicados por el Banco Central (BCRA), entidad que conduce Federico Sturzenegger, las ventas a futuro durante la administración de Mauricio Macri han crecido un 115% en comparación a lo realizado en el gobierno anterior, no solo en lo que tiene que ver con la venta de la moneda norteamericana, sino también en materia de títulos públicos, como son los casos de las Letras y Bonos del Estado nacional.

La idea del Ministerio de Hacienda, que comanda Nicolás Dujovne, es que el inversor se asegure una rentabilidad con el posicionamiento en un futuro, es decir, se congela el tipo de cambio y se garantiza un rédito elevado en dólares. Lo que muestra esta intervención en el mercado de futuros es un mayor volumen de la actividad financiera pero, al revés de lo esperado, lo que se hace es incrementar la dimensión de la bicicleta financiera con los contratos a futuro.

En los primeros 18 meses de la era Cambiemos se han instrumentado ventas a futuro por 1.836 millones de pesos, destacándose lo hecho en el primer semestre de este año, donde se cerraron negociaciones por $994 millones, más que duplicando lo realizado en el último año de Cristina Kirchner en el poder, cuando se habían hecho operaciones por poco más de $454 millones.

Del total de esas transacciones, el 55% de las mismas está dado en títulos públicos, mientras que el otro 45% se dio en moneda extranjera. La expansión de estos procedimientos, principalmente de las Letras y Bonos públicos, tiene como correlato un mayor crecimiento del endeudamiento especulativo, poniendo así a la actividad económica nacional contra las cuerdas.

Lucro especulador

Especialistas consultados por diario Hoy señalaron las complejidades del modelo adoptado por el oficialismo para intentar conseguir fondos contantes y sonantes que sirvan para “refrescar” la economía nacional. La vuelta a los mercados financieros que Cambiemos empezó a llevar a cabo tiene su correlato en que se empiezan a desarrollar mucho más que antes los instrumentos financieros especulativos, que buscan hacer grandes negocios en el país sin dejar ganancias genuinas para la Argentina.

De acuerdo a los números dados por el BCRA, el 98,5% de las transacciones a futuro, alrededor de 1.809 millones de pesos, se hacen con residentes en el país, mientras que solo 27 millones de pesos (1,5%) son las transacciones con personas domiciliadas en el exterior, lo que quiere decir que quienes más especulan con los títulos públicos y los dólares son ciudadanos que viven en la Argentina.

La especulación está en que estas operaciones se realizan apostando con grandes sumas de dinero y pueden salir bien o mal para el que las lleve adelante. Por ejemplo, comprar hoy una opción de dólar para diciembre significa adquirirlo a $18,50. Esto significa que a fin de año lo que se tiene es el derecho a obtener la divisa verde a $18,50 y será vendido a ese precio aunque el valor real del dólar esté en $17,50 o $20, perdiendo el especulador en el primero de los casos, y ganando en el segundo.   

Un pasivo alarmante que no para de crecer

Los expertos sostienen que estas ventas a futuro no son más que una deuda oculta que se hace con el solo objeto de financiar el déficit fiscal y que ponen a la entidad que dirige Sturzenegger en un delicado dese­quilibrio monetario. Hoy, la deuda del Banco Central alcanza los 119.518 millones de dólares, superando casi en un 150% al total de reservas internacionales existentes en el organismo. A eso se le suma una deuda pública que va creciendo en forma alarmante donde, de acuerdo a los datos oficiales, solo en el primer año de la administración macrista, la misma creció en más de 50.000 millones de dólares, alcanzando a diciembre de 2016 los US$ 290.000 millones, incrementándose un 35% en lo que va de la era Cambiemos. 

El fomento del endeudamiento especulativo, en combinación con el avance de la bicicleta financiera, ha llevado a que el rojo en las cuentas nacionales supere los 400.000 millones de dólares. 

Esta situación llevó a que el fantasma de la deuda vuelva a asolar a los argentinos, en un déjà vu que pone al país al borde del nocaut.

Números de un escenario complejo

U$S 290.000 millones asciende la deuda pública de la Argentina

U$S 119.518 millones la deuda total del Banco Central

$1.836 millones de pesos ha efectuado Cambiemos de ventas a futuro

115% crecieron las ventas a futuro durante el gobierno de Macri

98,5% de las transacciones a futuro se hacen con residentes en el país

55% del total de ventas está dado en títulos públicos

45% de las operaciones se dan en moneda extranjera

35% ha crecido la deuda pública bajo la gestión Macri

Palabras autorizadas

“Se alimenta una bola de endeudamiento por parte del Banco Central”

Mariano Feliz, Economista - Doctor en Ciencias Sociales

“La estrategia que el Banco Central ha asumido para bajar la inflación es mantener elevadas las tasas de interés. Al hacerlo, con un dólar que está prácticamente fijo desde hace más de un año, alimenta el mecanismo de ingreso de capital financiero para especular. La especulación en mercados de futuros es parte de este mecanismo. Hacia adelante uno puede suponer que esto lo que hace es alimentar una bola de endeudamiento por parte del BCRA, que mantiene las tasas de intereses altas de distintos títulos públicos, como Lebac y otros instrumentos. 

Por otro lado, está el riesgo de que este capital financiero que entra a especular, decida a corto plazo salir rápidamente en algún momento, por circunstancias propias de la dinámica interna argentina, pero también propia de la crisis financiera global. Estas cosas ponen a la Argentina en una situación de riesgo muy grande a partir de la burbuja financiera que se está construyendo.

El que comenzó con la desregulación de los movimientos de capitales y el mercado financiero fue Prat Gay y después la terminó de completar Nicolás Dujovne cuando llegó al Ministerio. La verdad es que es un riesgo enorme para una economía como la nuestra”. 

“La desregulación del mercado financiero es un riesgo para la economía”

Agustín D’Atellis, Especialista en macroeconomía y mercados financieros

“El aumento de los volúmenes operados a futuro responde al armado especulativo financiero que armó el Gobierno. Nadie que tenga un capital y tenga que decidir una inversión va a hacerla en la economía real, con una demanda que cae, un poder adquisitivo de los salarios que se contrae, una situación muy inestable hacia adelante y con todos los incentivos puestos en el mercado financiero, porque la rentabilidad es alta. 

Eso explica el incremento en los volúmenes de negociación de todo tipo de activo financiero: bonos, acciones fideicomiso, contratos futuros; porque la rentabilidad está ahí, en la especulación financiera y esto genera riesgos hacia adelante. La desregulación del mercado financiero es un gran riesgo para la economía. 

Cualquier manual indica que se debe tener un mercado financiero fuertemente regulado para evitar que la volatilidad de la fiebre especulativa ponga en riesgo la economía. Hoy, en la Argentina todo esto se desreguló porque se opera con la lógica financiera especulativa, y sin ningún tipo de control, por lo que el riesgo a futuro es enorme. Cualquier hecho que dispare una salida de los capitales especulativos generaría un desastre muy difícil de contener”.

“El Ejecutivo apuesta a la bicicleta financiera”

Julio Gambina, Economista. Doctor en Ciencias Sociales

“Los inversores o tenedores de dinero prefieren invertir en activos financieros y no arriesgar en contratar fuerza de trabajo y medios de producción para producir y vender, ya que al final se encuentran con un mercado de consumo disminuido precisamente porque el Banco Central impulsa una política monetaria restrictiva y retira dinero de circulación al estimular inversiones financieras.

El BCRA tiene la obligación de registrar las operaciones de financiamiento que se producen en el país, ya que es el ente de regulación de todos los convenios financieros. Acá están registrados los deudores con contratos a futuro de todo tipo, pueden ser en moneda extranjera o en títulos que se expresan en cualquiera de estas divisas. Ese registro de deudores supone también el registro de acreedores.

El tema del mercado futuro está influido por el tipo de evolución que tenga el cambio, o sea, está sometido al mismo riesgo que corren todas las operaciones a futuro, y por lo tanto están asociados a futuras corridas en el mercado cambiario. 

Lo que vemos hoy es que el Ejecutivo apuesta a la bicicleta financiera como única arma para frenar la inflación y lo que logra con esta situación es una timba que reproduce el privilegio a la ganancia de pocos y extiende las penurias de la sociedad”.

“Las ventas a futuro tienen un costo enorme para el Estado”

Camilo Tiscornia, Profesor en la Universidad Católica Argentina (UCA)

“Gran parte de esta bicicleta está alimentada por las tasas altas de interés que pagan las Lebac. Las ventas a futuro tienen un costo enorme para el Estado, porque los intereses los paga el Banco Central. Las Lebac son emitidas como una forma de retirar dinero de circulación para bajar la inflación, que es otro de los objetivos del Gobierno, porque al mismo tiempo hay un déficit fiscal muy grande, que está generando demasiados pesos en la economía. Por eso es que la bicicleta financiera es una consecuencia indeseada de tener un déficit fiscal muy grande y querer bajar la inflación. Como bajar la inflación es deseable, la solución a esto es bajar el déficit fiscal, que es lo más difícil políticamente”.

“Hay una expectativa de devaluación acentuada”

Matías Carugati, Economista, jefe de la consultora Management & Fit

“Había un temor por parte del sector privado de lo que podía ocurrir y ante la incertidumbre se cubrieron operando contratos a futuro. Hay una expectativa de devaluación acentuada, pero hay que esperar a ver qué pasa después de las elecciones. Hasta diciembre la economía va a seguir la misma línea: un poco más dinámica, el Estado tratando de cumplir con su meta fiscal y el BCRA luchando contra una inflación que se mantiene, con tasas de interés altas”.