Villanueva: la conmovedora ayuda vecinal en la peor inundación de la historia


Por las calles de Villanueva (que hoy no se ven, por cuestiones obvias) la gente suele golpearse el pecho orgullosa de vivir aún sin tener que ponerle llaves a la puerta. Por las calles de Villanueva (que hoy ven pasar algún bote, un tractor de gran porte y un acoplado para trasladar a los evacuados) suelen disfrutar de la vida de campo los integrantes de aquel equipo de Pato, que fuera campeón argentino varios años, “El Siasgo” (una voz indígena que dio nombre a un paraje lugareño). Por las calles de Villanueva (que hoy juntan voluntades para organizarse con donativos mientras se reza para que baje cuanto antes el agua) los amantes de la pesca se saben bendecidos por ese río Salado…

Es el río que, embravecido, castigó toda la cuenca. Pero que no sólo es cuestión de la naturaleza, sino de una cuestión de especulación política.

Allí, en las calles de Villanueva, anda un héroe vivo, de los que ante el dolor prefiere no salir a patalear por lo que sabe que está mal hecho. Es Juan Martín Escapil, 62 años, nacido y criado, aunque también ha vivido un tiempo en la Patagonia. El que ya caído el sol, de un domingo muy frío, atendió a diariohoy.net y habló luego de que todos estos días los tuviera a mal traer el agua.

“Todas las poblaciones de la cuenca del Salado han sido afectadas, Villanueva, al ser un pueblo chiquito se lo suele pasar de largo, somos 1200 habitantes, conformado por el pueblo original que se creó alrededor de la estación del ferrocarril Roca, y una población reciente que es el barrio del Balneario -sobre el río Salado-, que en estos años se transformó en un lugar de vivienda permanente cuando antes era de fin de semana”, describió Escapil, padre de dos hijos, uno de ellos estudiando en nuestras diagonales.

Este domingo 23 de agosto fue el de mayor pico de inundación, por el crecimiento del rio, que desbordó el arroyo que atraviesa el acceso al pueblo. “Ha pasado la cinta asfáltica, unos 80 centímetros”, relata sin hacer mención política quien hace tres domingos, formó parte de una lista que sacó más votos que ninguna en el distrito de General Paz (cuya cabecera es Ranchos y entre los poblados está Villanueva) superando la del actual intendente K Veramendi. Escapil, hombre del GEN local, fue invitado a participar como segundo concejal.

Pero no habla de política, sino de cómo organizarse en medio de la desorganización y la desesperanza. “No hay quien comande la cosa, pero las voluntades son muy grandes. Va a servir de experiencia para el futuro, la gente colaboró muchísimo, codo a codo trabajamos las entidades intermedias, las familias, los pueblos vecinos, los no tan vecinos como las donaciones que recibimos de La Plata y de Capital Federal, y que se canalizaron a través del municipio, una institución intermedia (Conciencia Villanueva) y la sociedad de bomberos que está en formación”.

Escapil no sufrió pérdidas porque en el casco pueblerino no hubo afectados, pero sí tiene amigos y familiares afectados en los campos. “Ese es un gran tema, los campos adyacentes al río quedaron cubiertos por agua, hay miles de hectáreas bajo agua y en muchos casos han tenido que llevar la hacienda a otros lugares”.

Mientras se traslada a la gente anegada hacia la ruta 29, el sentimiento de este habitante, admnistrativo de una estancia y vendedor de seguros, pasa por el futuro, en cómo se podría salir de la mejor forma cuando los suelos no puedan ser aprovechados, al no poder sembrarse hasta que no se retire el agua y no seque la zona.

Por las calles de Villanueva hoy, sin querer, pasó todo el país viendo las imágenes en la TV o en la internet. El balneario, ese barrio cuyo paisaje de 20 manzanas se observa borroneado en sus contornos, apenas tiene a 30 almas resistiendo, los de los lugares más altos, mientras los 270 restantes ya no saben cuándo volverán y si realmente volverán.