Barra de Gimnasia, condenado por el homicidio de un árbitro

Un tribunal le aplicó 14 años de prisión. El homicidio ocurrió durante un asalto en un comercio de Gonnet. La víctima dirigía en la liga de fútbol infantil, estudiaba Derecho y manejaba un taxi.

Gustavo Ávalos, alias “El Melli”, exbarrabrava de Gimnasia y Esgrima La Plata, fue condenado ayer a la pena de a 14 años de prisión por el homicidio en ocasión de robo en el que murió un árbitro de fútbol infantil, y que había ocurrido en un comercio de la localidad de Gonnet.

El fallo fue dictado por el Tribunal en lo Criminal III, integrado por los jueces Florencia Butiérrez, Ernesto Domenech y Andrés Vitali. La fiscal de juicio Rosalía Sánchez había requerido en su alegato la pena de prisión perpetua, mientras que el aogado de Avalos adujo que el crimen ocurrió en legítima defensa y solicitó una pena en suspenso o de ejecución condicional.

El fallo se erigió entre ambas posturas, con una pena de 14 años y con la calificación de tentativa de robo calificado con el uso de arma de fuego apta para disparo en concurso real con homicidio simple. 

En el primer piso del fuero penal de 8 y 56, los asistentes a la lectura del fallo se sorprendieron al ver al acusado que se reía al salir de la sala de audiencias. Es que la pena que recibió resultó inferior a la pedida por la fiscal.

La víctima del homicidio, Felipe Alberto López, según se precisó en Tribunales, además de dirigir en la liga local del fútbol infantil, estudiaba Derecho en la facultad de la UNLP y también trabajaba como taxista. 

En la sentencia se dio por probado que en agosto de 2008, el acusado -apodado “El Melli”- ingresó con fines de robo en un almacén de calles 493 entre 10 y 11 del barrio Villa Castells de Gonnet. 

En el juicio se pudo probar que las víctimas, entre ellos ocasionales clientes, comenzaron a gritar y a pedir ayuda. Eso puso en fuga al asaltante. 

Felipe López se subió a su taxi y comenzó a perseguir al ladrón. La hija de su pareja y su hijo de 16 años lo acompañaron en una decisión más que arriesgada. 

Cuando llegaron a la esquina de 480 y 13, alrededor de las 22 de ese sábado, López creyó ver al asaltante. Lo embistió con su taxi y lo tiró de la bicicleta robada en la que intentaba escapar. 

Allí, López descendió de su auto y se trenzó en lucha con el sujeto que aún estaba en el piso. En medio de la pelea y de la oscuridad reinante de la noche, se oyeron tres disparos. 

Los proyectiles ingresaron en el cuerpo de López. La muerte fue casi inmediata. 

El testigo protegido, el identikit y la falta de arrepentimiento

“El Melli” Avalos fue arrestado el 24 de abril de 2009 en un allanamiento realizado en el barrio San Carlos. Un testigo de identidad reservada aportó un identikit. En el  juicio, la fiscal Rosalía Sánchez pidió prisión perpetua para Avalos por homicidio críminis causa, es decir, por matar para lograr impunidad u ocultar otro delito (el intento de robo). Pero los jueces señalaron que no se pudo probar que el homicidio haya sido para lograr la impunidad. 

La defensa del acusado había requerido que se computara como atenuante el arrepentimiento, pero el Tribunal III rechazó esa petición. “Avalos no dio buenas razones que justificaran su arrepentimiento, sobre todo cuando lo hizo en la alocución final cuando ya nada ni nadie podía pedirle precisiones. Tampoco se hallaban las víctimas a quienes supuestamente dirigía sus dichos como para poder valorarlos como sinceros”, esgrimieron los jueces Ernesto Domenech y Andrés Vitali.

La jueza Florencia Butiérrez consignó que durante el proceso Avalos no mostró “ninguna actitud concreta” en relación a la búsqueda de la verdad “ni conductas hacia las víctimas” que permitan “vislumbrar la existencia real de este arrepentimiento como para considerarlo atenuante y, de haber existido, ha quedado en el fuero íntimo del imputado, siendo ello ajeno a la intromisión del Estado”.