Crimen del gobernador Soria: 18 años de prisión para su esposa
Susana Freydoz escuchó la pena inmutable. Consideraron “circunstancias extraordinarias de atenuación”. Continuará internada.
"Señora Freydoz, primero le voy a leer la parte resolutiva y después los fundamentos”. Eso le dijo el presidente de la Cámara Primera en lo Criminal de General Roca, Carlos Gauna Kroeger, a Susana Freydoz, después de sentarse en la sala de audiencias y comunicarle que la condenaban a 18 años de prisión por el homicidio de su esposo, el gobernador de Río Negro, Carlos Soria. Eso sí, no irá presa, sino que seguirá alojada en el hospital donde se encuentra ahora.
Por mayoría, los jueces la encontraron responsable de “homicidio calificado por el vínculo agravado por la utilización de arma de fuego con circunstancias extraordinarias de atenuación”. Freydoz se secó las lágrimas con un pañuelo descartable y escuchó sin inmutarse cómo el juez le decía que era condenada, aunque no iría a la cárcel, el mayor temor que le había manifestado a su abogado en las últimas horas.
Luego de explicar que a partir de ese momento la acusada comienza a cumplir “prisión preventiva”, medida que hasta ahora nunca se le había dictado, Gauna Kroeger leyó: “Oficio a la autoridad policial para que arbitre los medios para preservarla de represalias o ataques de terceros, así como impedir que eluda la acción de la Justicia”.
Respecto al eventual cambio del lugar de alojamiento, ordenó que se forme un incidente en el mismo expediente y comenzó a leer los fundamentos de su voto, tras lo cual se escucharía el de sus colegas, María García Balduini y Fernando Sánchez Freytes, uno de los cuales votó en disidencia.
“Se encuentra acreditado que no existe ni inimputabilidad ni emoción violenta excusable, sin embargo existen circunstancias extraordinarias de atenuación”, afirmó el presidente del tribunal, y comenzó a hacer un resumen de las declaraciones de los testigos, entre ellos los hijos del matrimonio, presentes en la sala.
El debate por la emoción violenta y la inimputabilidad
El 7 de noviembre, la fiscal de Cámara Laura Pérez pidió para Susana Freydoz la pena de prisión perpetua y consideró que su accionar fue consecuencia de años de degradación de un matrimonio en el que ambos integrantes peleaban regularmente con suma violencia verbal, aunque no física.
Pérez enmarcó el hecho en una conducta de celos obsesivos y desconfianza de la acusada hacia su marido, probablemente justificada en algún caso de engaño.
Pérez descartó de plano el atenuante de ”emoción violenta” afirmada por el perito psiquiatra oficial, Ricardo Risso, y también desestimó que la imputada padezca una serie de graves trastornos mentales, además de la intoxicación por alcohol y psicotrópicos señalada por el perito de parte, el psiquiatra Carlos Cornaglia. El defensor de Freydoz, Alberto Ricchieri, había solicitado al tribunal que su clienta fuera declarada inimputable en función de los trastornos mentales citados por Cornaglia (obsesión paranoica, psicosis, esquizofrenia, y otros), y de la intoxicación por el consumo excesivo de alcohol y psicofármacos. O, en su defecto, que la condenaran por homicidio culposo (accidental) o guiado por emoción violenta, con pena máxima de 10 años de prisión, lo cual fue descartado por los jueces.
Carlos Soria fue asesinado de un tiro en la cara el 1º de enero último, con su propio revólver Smith & Wesson calibre 38, en el dormitorio matrimonial de la chacra de la familia, en Paso Córdoba, en las afueras de Roca. Fue cerca de las 4 de la madrugada tras la reunión familiar de fin de año. Durante el juicio, la viuda se abstuvo de declarar dos veces: al inicio y tras los alegatos.
La misma pena que a Eduardo Vásquez por el asesinato de Wanda Taddei
El tribunal de General Roca le aplicó a Susana Freydoz la misma pena con la que en junio pasado se condenó al exbaterista de Callejeros, Eduardo Vásquez, por el homicidio de su esposa, Wanda Taddei: 18 años.
Pero la viuda de Soria escuchó la lectura del veredicto sin inmutarse y recién dejó caer algunas lágrimas al promediar los fundamentos del fallo. Con la cabeza gacha y la mirada clavada en la mesa, Freydoz estuvo flanqueada, a su izquierda, por el abogado Alberto Ricchieri, y a la derecha por su hija menor, María Emilia Soria.
No se inmutó con los testimonios sobre sus peleas permanentes con el gobernador, las crudas expresiones de sus hijos ni las referencias a las posibilidades de infidelidad de su marido. Tampoco cuando el presidente del tribunal, Carlos Gauna Kroeger, realizó una descripción detallada de lo ocurrido la noche del 31 de diciembre, tras la cual se desencadenó el crimen.
Recién expresó sus emociones cuando el magistrado relató el testimonio de su hijo e intendente de General Roca, Martín Soria, al referirse al momento en que llegó a la chacra y se encontró con el gobernador en la cama, con el tiro en la cara, desnudo y sangrante.
En ese momento la condenada comenzó a llorar muy discretamente y secó sus lágrimas con un pañuelo de papel.
Luego, rezó el rosario con una cuenta denaria en las manos, escondidas bajo la mesa. Y volvió a su postura relajada, sin levantar la mirada en ningún momento, para escuchar el extenso relato de los fundamentos, que recorrió las precisiones médicas sobre los intentos de reanimación, las consideraciones psiquiátricas, las pericias del dormitorio y el arma, además de otras pruebas del caso.
